La resolución de la Audiencia consideró demostrado que a lo largo de más de doce años, el acusado realizó tocamientos y otro tipo de abusos sexuales a seis niñas que acudían a clases de baile y pintura, por las tardes, al centro cultural de la asociación. Las víctimas tenían entre cinco y trece años de edad y, en alguno de los casos, los abusos se prolongaron durante años, según indicaba la sentencia. El procesado, según el auto, se aprovechó de la confianza que tenían con las niñas con él, dado que además de presidir la asociación era pareja de una de las profesoras.
El juicio en la Audiencia de Palma contra Jaime G.F. se realizó el mes de marzo del año pasado y la sentencia se dio a conocer en septiembre. El tribunal condenó al ex presidente vecinal a 15 años de prisión por abusos a las seis menores, así como a indemnizar a las víctimas con 10.000 euros y la prohibición de acercarse a ellas a menos de 300 metros. La defensa del por entonces condenado interpuso un recurso de casación ante el Supremo, que ha sido parcialmente estimado.
Recurso
A grandes rasgos, la defensa indicó en el recurso que la sentencia no estaba motivada, adolecía de falta de fundamento y presentaba graves defectos especialmente en el tratamiento de la prueba.
El Supremo ha estimado parcialmente este recurso al entender que «no incluye motivación suficiente acerca de la valoración de la prueba de los hechos». Ello se debe, entre otras cuestiones, a que la Audiencia no ha examinado la declaración de descargo del acusado y ha creído a las víctimas sin explicar de dónde ha extraído en cada caso su convicción, que tendría que explicar y no explica.
Así, el Supremo ha devuelto la sentencia del caso a la Audiencia para que vuelva a redactarla.
2 comentarios
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El q se cve en la fotograia es. Pedro illanes. Los otros 2 lo desconozco
¿Qué jueces o juez (ponente) dictaron la sentencia? Ya es hora de saber qué competencia profesional hay entre ellos. Si un dentista es condenado por incompetencia, sale su nombnre. De los jueces, también debería salir, como de todo el mundo. ¿O hay miedo?