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El jefe de Gabinete del Ejecutivo japonés, Yukio Edano, informó ayer de que las operaciones para detener el vertido de radiación procedente de la planta nuclear Fukushima-1 podrían prolongarse durante meses, según declaraciones recogidas por la agencia oficial de noticias Kyodo News.

«Si aplicamos métodos considerados como normales, creo que podríamos enfrentarnos a algo (un período de tiempo) así», declaró Edano en conferencia de prensa.

«Hemos estado preguntando acerca de otras posibilidades para acortar ese período, pero no lo vemos factible», añadió.
Ingenieros japoneses que luchaban el domingo por poner fin a la peor crisis nuclear en el mundo desde Chernóbil intentaban sellar una grieta que ha estado filtrando material radiactivo al mar desde un reactor dañado.

El drama del complejo de Fukushima Daiichi de seis reactores ya ingresó a su cuarta semana, atemorizando a la industria atómica mundial y aumentando el sufrimiento de Japón tras un terremoto y tsunami que dejaron unas 27.500 personas muertas o desaparecidas.

La radiación se ha filtrado al océano, a los alimentos, el agua potable y el aire. Ingenieros se esfuerzan por enfriar las varillas de combustible nuclear sobrecalentadas y recuperar el control de los reactores dañados.