El acusado señaló que el día que ocurrieron los hechos cenaron en un bar de Palmanova y después fueron a su vivienda, donde fumaron un porro y vieron la televisión. «Salí al baño y al volver Törok escribía en una libreta su carta de despedida», contó el acusado. Asegura que estaba nervioso, que dejó caer el cuaderno y que se le echó encima. «Puso las manos sobre mi cuello y empezó a apretar. Yo no entendía qué pasaba. Grité dos o tres veces, me tapó la boca con la mano y le mordí». Al poco consiguió zafarse y escapar. El acusado dice que huyó hasta que encontró a unos taxistas y les pidió dinero para avisar a la policía.
Esquizofrenia
Según dijo entonces comenzó a temer que su compañero se quitara la vida, dado que sostiene que padecía brotes de esquizofrenia, enfermedad que la víctima no tenía diagnosticada. La versión de la defensa es precisamente esa, que la víctima se quitó la vida. Parte de esa afirmación se basa en la carta que supuestamente escribía la víctima antes de morir. En ella existen expresiones como «es hora de morir». En los próximos días del juicio comparecerán peritos grafológicos para acreditar si escribió o no la carta.
Otra prueba fundamental serán las forenses, en este caso para determinar si la puñalada vino de mano del propio acusado o de la víctima. En la ropa de Darvas Csaba había restos de sangre de la víctima. Éste los explica en el mordisco que dio a la víctima en la mano.
La acusación, que pide 20 años de prisión, sostiene que tras una discusión, el acusado salió detrás de la víctima, le abordó por la espalda y le rebanó el cuello de un tajo, lo que le causó la muerte de manera inmediata.
1 comentario
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Madre mia que historias se monta esta gente..