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El juicio contra cinco personas por el derrumbe el 2008 del hotel Son Moll, en el que murieron cuatro trabajadores, ha concluido hoy en la Audiencia de Palma y ha quedado así visto para sentencia, según han informado a Efe fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Baleares.

El colapso de parte de la estructura del edificio se produjo el 16 de diciembre de 2008 en el citado hotel de la localidad mallorquina de Cala Rajada, que estaba siendo rehabilitado sin la preceptiva licencia ni proyecto de ejecución, y en suceso otros cuatro operarios resultaron heridos.

En la jornada de hoy, el fiscal y la acusación particular han expuesto sus conclusiones, cosa que también han hecho las defensas de los cinco acusados.

Los cinco admitieron el primer día del juicio su responsabilidad en el suceso, aunque no se conformaron con los delitos ni con las penas que piden para ellos.

En concreto, la Fiscalía y la acusación acusan en su escrito al director de la obra, Arturo V.; el director de ejecución y coordinador de seguridad, Jose Luis P.; el gerente de la contratista principal de la UTE, Bartolomé E.; el integrante de una de las empresas de la UTE Rafael F., y el jefe de obra, Juan B.

Piden para ellos 3 años y medio de cárcel por los delitos de homicidio imprudente, lesiones imprudentes y contra los derechos de los trabajadores.

Los familiares de los fallecidos no están personados y cobraron ya más de 1 millón de euros en indemnizaciones por parte de los acusados.

El escrito inicial del fiscal relata que el derrumbe parcial del hotel se produjo por varios factores, entre ellos la «absoluta falta de valoración y planificación» de la obra por los acusados y la «ausencia de una adecuada dirección de obra y dirección de ejecución, así como vigilancia de la seguridad».

También ocurrió por una «deficiente y no adecuada ejecución ni control del desarrollo de la obra y de las condiciones de seguridad» con el fin, según el fiscal, de conseguir acabar los trabajos antes del plazo fijado.

Durante los trabajos de rehabilitación, indica el escrito, se hicieron dos huecos y se ampliaron otros dos en la fachada que se derrumbó y en un muro de carga, lo que debilitó la superficie de apoyo.