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La austeridad en las instituciones es contagiosa. Y en la cárcel de Palma, epidémica. En un acto más sencillo y sobrio que nunca, la prisión celebró ayer la festividad de la virgen de La Merced, patrona de las instituciones penitenciarias.

El acto se celebró en la sala de juntas de la cárcel y contó con la asistencia de Ramón Socías, delegado del Gobierno; Tomeu Barceló, fiscal superior; Basilio Sánchez Rufo, coronel jefe de la Guardia Civil; Tomeu Campaner, jefe superior de Policía; Francina Armengol, ex presidenta del Consell; Jaime Barceló, teniente coronel de la Guardia Civil; Toni Cerdá, comisario de la Policía Judicial del CNP, el fiscal Pedro Horrach y Ana Zacher, jefa del Servicio de Juego del Govern.

Discurso

El director del centro, Manuel Avilés, pronunció un discurso en el que destacó que la mayoría de funcionarios con los que trabaja «son un diez». El responsable penitenciario reclamó al Ajuntament de Palma que se haga cargo de la vieja prisión, y matizó: «En cualquier caso, la entregaré impoluta y sin okupas».

Avilés también salió al paso de las críticas de los sindicatos de la cárcel, que han organizado para hoy una manifestación contra su gestión. «Es un país libre y pueden hacer lo que quieran, al igual que yo. Sin embargo, yo seguiré exactamente igual que ahora hasta el último día, el último minuto y el último segundo de mi cargo en la prisión». Los sindicatos acusaban a Aviles de haber convertido la prisión «en un circo». «Las actividades con los presos seguirán porque tiene que ser así», añadió.

Después del discurso se procedió a la entrega de medallas y placas. Toni Suárez, Sánchez Rufo, Armengol fueron distinguidos por su labor. Además, Carmen Pujol, del Grupo de Educadores de Calle); el psiquiatra Pablo Tobajas y los funcionarios de prisiones Jesús y Elías fueron premiados durante la festividad de La Merced.

Tras el evento, se sirvió un vino español, acompañado de un sencillo refrigerio. Que la crisis también se nota entre rejas.