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Neptuno no se apiadó del pescador. La Guardia Civil cazó ayer a un furtivo que supuestamente estaba esquilmando de pulpos y otras especies el Port d'Andratx. La colaboración vecinal fue clave para sorprender al submarinista, que ha sido multado por diferentes infracciones.

A lo largo de los últimos meses, vecinos del Port denunciaron a las fuerzas de seguridad que un individuo se sumergía en aquellas aguas y pescaba todo tipo de especies, algunas protegidas. Utilizaba un arpón para cazar pulpos y peces, muchas veces de un tamaño medio o pequeño.

Escurridizo

El pescador utilizaba como «base de operaciones» un caseta varadero -popularmente conocidas como escars -, donde iba guardando las piezas que se cobraba en el mar y donde, también, se cambiaba el traje de neopreno por ropa de calle cuando acababa la jornada furtiva.

Ayer, a las tres y media de la tarde, una vecina detectó que un joven submarinista, provisto de un fusil de pesca, se adentraba en el Port, en dirección a La Mola. La pesca con arpón en puertos y playas está prohibida, así que la señora avisó a la Benemérita y una patrulla se desplazó hasta ese tramo. En los alrededores se descubrió un vehículo estacionado, que al final resultó ser del sospechoso.

El pescador fue cazado in fraganti y los agentes le solicitaron su documentación personal. No tenía licencia de pesca y tampoco autorización para pescar con fusil submarino.

Identificado

El sospechoso, que era de nacionalidad extranjera y reside en los alrededores, fue identificado en el cuartel de Andratx y tras ser sancionado se pudo marchar. Eso sí, sin el género y sin el fusil, que fueron intervenidos. Ahora, los agentes investigan si los pulsos y pescados iban a ser vendidos de forma clandestina en locales.