Imagen de los acusados al inicio del juicio celebrado ayer en la Audiencia Provincial de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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La Fiscalía pide penas que suman 52 años de prisión para tres hombres por introducir más de cuatro kilogramos de cocaína en Mallorca desde la República Dominicana. De los tres acusados, sólo admite su participación al que no le queda más remedio: el ciudadano español al que la policía sorprendió cuando llevaba la droga en una maleta. Los otros dos -los supuestos cerebros de la operación- niegan los hechos. Los tres se acusan mutuamente de amenazarse durante la instrucción de la causa.

La droga llegó a España en el mes de enero del año 2010. El correo, voló hasta Santo Domingo, donde entregó su maleta a dos personas. El hombre negó ayer en el juicio que supiera que le habían colocado droga: «Cuando en la jefatura vi la cantidad de droga que había ahí me dio un mareo», aseguró. Tras insistirle el fiscal en varias ocasiones, concedió que sospechaba que había estupefacientes en la maleta que llevaba.

Versiones

El acusado que llevaba la droga ha cambiado en múltiples ocasiones su versión sobre los hechos. Ayer en el juicio culpó en exclusiva a otro de los acusados. Según contó, en principio este inculpado le había ofrecido ir a la República Dominicana para casarse con una prima suya. Él conseguiría 6.000 euros con el falso matrimonio y la joven los papeles para residir en España. Sin embargo, la jugada se frustró: «Me dijo que o volvía y traía un paquete o tenía que pagar el billete». A esto se une que el correo acusa a este coimputado de haberle amenazado. Según cuenta, en la cárcel le envió una carta en la que le pedía que cambiara su declaración. Además señala que un sobrino de este acusado le ingresó cien euros en su cuenta de la prisión para comprarle.

Un juzgado de Palma investigó estas supuestas presiones y las archivó después de que no quedara claro quién había escrito esa carta.

El acusado de esta extorsión, a su vez culpa al otro ciudadano dominicano implicado en la causa. Según dijo, éste comparte celda con el correo y le tiene «manía» porque hace unos años la novia que éste tenía le fue infiel con él. Para concluir que no conoce de nada al correo: «Nunca le he visto, aunque puede que él a mí sí», llegó a afirmar en el juicio.

El tercero en discordia, que comparte celda con el correo en la prisión de Palma lamenta que su compañero penitenciario le implicara en un primer momento: «La policía le presionaba y él decidió echarme la culpa a mí. Yo lo único que le he pedido a él es que aclare esta situación». Eso sí, negó cualquier relación con la partida de cuatro kilogramos de droga.