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El Ajuntament d'Inca declaró ayer día de luto en la ciudad por el parricidio y se llevó a cabo un minuto de silencio, a las 12.00 horas, frente al Consistorio, en el que estuvieron presentes miembros de la corporación municipal y funcionarios del Ajuntament, entre otras personas.

Una vez concluido el minuto de silencio, el alcalde de Inca, Rafel Torres manifestó: «Nos encontramos ante una situación excepcional en el municipio, hoy teníamos pleno y he comentado a los grupos municipales la convocatoria del minuto de silencio, quiero transmitir nuestro pésame, apoyo, respeto y solidaridad a la familia para que pueda superar estos momentos tan duros». Torres agregó que «vivimos una situación extraña, de dolor y rabia contenida y no recordamos una tragedia familiar similar en el municipio.».

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En la calle Muntanyeta, donde se registró el parricidio, los vecinos todavía no se explicaban lo ocurrido. Antonio Sánchez, quien reside a escasos metros del domicilio donde fueron hallados ahorcados Miguel Hidalgo y su hijo, aseguró: «No sé qué le ha podido pasar, él quería mucho al niño, lo llevaba siempre de la mano al colegio y es algo inexplicable». En el portal de la vivienda de la tragedia había ayer dos velas.

Miguel Hidalgo era hijo de una familia de ocho hermanos, que residen en Lloseta. En este municipio, el parricidio también era tema de conversación entre los vecinos. Muchos de ellos aseguraron que la familia «es muy buena gente y suponemos que lo deben estar pasando muy mal».

Por otro lado, el Lobby de Dones, emitió ayer un comunicado para manifestar su consternación e indignación por el asesinato del niño «con la, casi segura, clara intención de hacer el mayor daño posible a la madre», y expresó que «la violencia contra las mujeres por desgracia tiene muchas caras y probablemente esta sea la más cruel y más cobarde».