Sobre las siete y media de la mañana, una joven de 21 años llamada Nadia llamó por teléfono a la Policía Local de sa Pobla. Estaba desesperada y explicó que acababa de encontrar muerto a su bebé.
Rápidamente, sanitarios de una ambulancia, policías y guardias civiles acudieron hasta el domicilio de la calle Fadrins número 87 y confirmaron que, en efecto, el menor carecía de constantes vitales. Al domicilio comenzaron a llegar familiares y allegados de la madre magrebí y se vivieron escenas muy duras.
La progenitora, que estaba destrozada, explicó que la noche anterior lo había acostado a las 21.00 horas, y que lo había tapado con muchas mantas por el frío que hacía en la casa. Por la mañana, cuando se acercó a ver cómo estaba, descubrió que no respiraba.
La familia de Nadia es muy conocida en sa Pobla. Su abuelo trabaja desde hace más de veinte años en una empresa agroalimentaria de esa localidad. Y la propia Nadia llegó a sa Pobla cuando era muy jovencita, y se ha criado allí. Durante todo el día de ayer su casa se convirtió en un punto de peregrinación para la comunidad magrebí y otros vecinos, que querían darle el pésame.
En las próximas horas se le efectuará la autopsia al niño para conocer las causas de la muerte.