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Tania Aparecida Miranda, es el nombre de la joven brasileña que fue hallada muerta el pasado sábado en el fondo de una charca de las afueras de sa Pobla.

Desde el primer instante, la forense responsable del caso descartó indicios de violencia evidente, pero los investigadores tenían serias dudas sobre lo ocurrido.

El testimonio de personas próximas a la víctima relataron que Tania sufría problemas psicológicos y que en algunas ocasiones había presentado un cuadro de manía persecutoria. Por ese motivo, no se descartaba ninguna hipótesis.

A primera hora de ayer, a la joven brasileña se le practicó la autopsia en el Instituto Anatómico Forense de Palma. La misma apunta que la víctima estaba viva cuando cayó al interior de la charca. Según fuentes médicas consultadas, cuando un cuerpo se sumerge en una charca de agua el líquido penetra hasta los pulmones por la boca y la nariz. Cuando el médico forense encuentra agua en el duodeno significa que la víctima ha respirado estando dentro, es decir, que estaba viva cuando cayó.

La investigación sigue su curso y los responsables del caso trabajan con la hipótesis del accidente. En este caso, la joven Tania, podría haberse caído y al no saber nadar morir ahogada.

Por otra parte, Sandra de Melo, responsable de la Asociación Amigos de Brasil en Mallorca y colaboradora del consulado de Brasil, trata de recabar toda la información para facilitar a los familiares toda la ayuda necesaria. La asociación tratará en los próximos días de esclarecer los hechos e iniciar los trámites para la repatriación del cuerpo.

Al parecer, una de las mejores amigas de Tania apunta que la chica temía por su vida y que trataba de regresar a Brasil, pero que por cuestiones económicas no pudo hacerlo.