Canyamel amanece conmocionada por el macabro hallazgo de su vecina Gisela

Un helicóptero, los GEAS (Grupo Especial Actividades Subacuáticas) y un amplio número de efectivos de agentes de la policía judicial de la Guardia Civil, participaron en las tareas de búsqueda y localización del cadáver de Inge Gisela.

Las primeras horas resultaron un tanto extrañas para los escasos vecinos que no daban crédito a lo sucedido y se mostraban muy preocupados por lo acontecido. Se trata de una urbanización de chalets de lujo que, la gran mayoría, cuentan con accesos privados a la cala y son viviendas de propietarios con un alto poder adquisitivo.

La gran mayoría de los chalets son segundas residencias y muchas de ellas están vacías. En la calle vía Costa, lugar donde ocurrieron los hechos, casi no hay vecinos y solo podemos encontrar algunos albañiles, fontaneros y electricistas que estaban realizando reformas en las viviendas colindantes al número 107, propiedad de Inge Gisela.

«Primero pensábamos que se trataba de una operación contra traficantes, pero después hemos preguntado a los cámaras de televisión y nos han dicho que era un asesinato», añade Juan, un fontanero que trabaja en la zona.

Viajes constantes

Los vecinos y residentes de la urbanización de Canyamel, en su gran mayoría, se mostraron muy cautos y declinaron hacer declaraciones sobre el matrimonio, pero todos coincidieron en afirmar que era una pareja que viajaba constantemente.

«Se dedicaban a la compra y venta de inmuebles y desde siempre han llevado un importante tren de vida», comentaba uno de los vecinos.

Un compatriota alemán que estaba practicando footing por la zona comentó: «No tenía mucha relación con la pareja, pero todos los rumores que hay por la urbanización apuntan que no estaban atravesando por un buen momento económico. La crisis nos afecta a todos. Este matrimonio tenía mucho dinero, pero en los últimos años la cosa no les iba muy bien. También se dice, pero esto no lo tengo confirmado, que era ella la que tenía mucho dinero», concluyó.