Investigan si la mafia acusaba de blanqueo de dinero al italiano asesinado que regentaba un burdel

Abossida, de 44 años y que era marino mercante de profesión, tenía numerosos negocios en distintas ciudades españolas, portuguesas e italianas y en Mallorca era muy conocido por las autoridades, ya que dirigía el club Mango, un clásico entre los burdeles.

Redadas

Durante los años que explotó el local, junto a un socio, no se registraron incidentes graves, aunque la Policía Local y la Guardia Civil irrumpieron en aquel recinto en distintas ocasiones y llevaron a cabo exhaustivas redadas en busca de drogas o mujeres ilegales. Santo, sin embargo, siempre trató de pasar desapercibido y en más de una ocasión había declarado que él sólo se encargaba de que sus clientes se lo pasaran bien en su local. Además del club Mango, ha trascendido que el empresario había adquirido recientemente unos terrenos en s'Alqueria Blanca, en el término municipal de Santanyí, aunque no está claro el uso que quería darles.

Santo había montado una sociedad con un socio, también italiano, pero parece ser que al final las cosas entre ellos se complicaron y se rompió la relación comercial.

Crimen

Sus viajes a Mallorca eran frecuentes, pero su residencia estaba en Crotona, donde vivía con su esposa y sus dos hijos de corta edad. A finales de verano, dos sicarios de la mafia se acercaron a él cuando presenciaba frente a su casa unas fiestas patronales. El ruido era ensordecedor y pocos repararon en los cuatro tiros que le descerrajaron en la cabeza los dos matones. Su hijo de tres años estaba junto a él cuando cayó abatido.

Para huir, los hampones habían previsto que el caos circulatorio complicara el despliegue policial, tal y como ocurrió. Meses después, no se han practicado detenciones por el crimen del marino mercante, pero todo apunta a que la mafia lo mató como venganza por blanquear, supuestamente, dinero a sus espaldas.