Sobre las 6.45 horas, la furgoneta enfiló la calle Isidoro Antillón y a la altura del número 40 perdió el control y se estrelló contra tres turismos. Acto seguido volcó y su único ocupante salió a la calle y empezó a alejarse. Algunos vecinos que habían escuchado los golpes se asomaron a la ventana y le conminaron a que se quedara allí, esperando a la policía.
En un primer momento, el boliviano hizo caso omiso y se marchó, pero después algunos vecinos lo siguieron y él, sintiéndose acosado, decidió volver a la furgoneta. La Policía Local sometió a la prueba de alcoholemia al conductor, que triplicó la tasa máxima permitida. Después se confirmó que carecía de carnet de conducir en España.
