La víctima dejó un rastro de sangre en la calle. | Alejandro Sepúlveda

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Un español de 48 años de edad fue apuñalado ayer por la mañana en su piso de Portopí, en Palma, por su esposa brasileña, de 30 años. El Cuerpo Nacional de Policía ha detenido a la sospechosa, mientras que el varón permanece hospitalizado, con pronóstico reservado.

Sobre las nueve de la mañana, los vecinos de la calle Rafaletes número 1 llamaron a la policía alertando de que un hombre se encontraba a pie de calle, sangrando de forma abundante tras ser agredido.

Consciente

La discusión se inició en la casa de la víctima, donde vive con su mujer, su bebé y la hija de ella, de unos nueve años. Según parece, la mujer cogió un cuchillo de cocina y le atacó por la espalda, perforándole un pulmón. El hombre bajó en el ascensor malherido y allí se encontró con un vecino, que le prestó los primeros auxilios a pie de calle. Cuando las ambulancias y los policías llegaron, el herido estaba consciente, pero había perdido mucha sangre.

Unos agentes se quedaron con él y otros subieron al noveno piso, donde la esposa no paraba de repetir: «Lo he matado, lo he matado». Los dos hijos también estaban en la casa, en perfecto estado. La mujer, en primer lugar, fue atendida de los sanitarios, ya que presentaba un cuadro de ansiedad y le costaba respirar. En cuanto se recuperó, fue detenida y trasladada a las dependencias de la jefatura de policía.

El hombre, mientras tanto, fue estabilizado en plena calle por los sanitarios de una ambulancia del 061, que finalmente lo evacuaron hasta el hospital de Son Espases. La puñalada le entró por un costado y según los primeros indicios le afectó el pulmón. Algunos vecinos del edificio comentaron que eran habituales las peleas en el piso, mientras que otros sostuvieron que eran «gente muy normal, que no se metían en líos».

Otro residente recordó que hace dos años, se registró un homicidio en esa misma dirección de la calle Rafaletes. Ana Andrushcenko fue apuñalada por otra compañera, llamada Anna Kaydolova. La herida se produjo en la pierna, a escasos cinco centímetros de la rodilla. Sin embargo, la hoja seccionó de lado a lado la arteria femoral, prácticamente el único punto vital de la pierna. La mujer murió desangrada en unos minutos. La asistencia médica a la víctima tardó más de media hora en producirse, lo que agravó la situación e impidió cualquier maniobra para cortar la hemorragia.