Juan Miguel, junto a dos familiares y ‘chinchán’, el perro salvajemente agredido. | Julio Bastida

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«Estábamos tomando tranquilamente un café en la terraza de un bar, cuando de repente, un ca de bestiar mezclado se abalanzó contra mi chihuahua y se tragó medio cuerpo. En ese momento el dueño del perro se asustó y no supo reaccionar. Yo comencé a pegarle patadas y puñetazos al animal, pero cuando lo soltó, ‘chinchán' estaba destrozado y sangrando abundantemente». Se llama Juan Miguel y relata, con lágrimas en los ojos, la pesadilla que le tocó vivir hace unos días en una cafetería de Sa Cabana, en Marratxí.

«El dueño del animal agresor, que carece de seguro e iba sin bozal, quitó al perro del medio y su novia lo escondió en su casa. Mientras tanto, mi chihuahua ha conseguido milagrosamente sobrevivir, pero los daños son irreparables. El veterinario dice que ya poco puede hacer por ‘chinchán'. Lo peor es que la terraza estaba llena de niños. No quiero ni pensar qué hubiera pasado si muerde a un chiquillo», concluye. Ahora, los hechos han sido denunciados ante la Guardia Civil y Juan Miguel pide que se haga justicia.