Los policías tutores de Llubí y Pollença, durante el operativo policial activado en Alcúdia.

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«Atención, central. Hay una niña tendida en el suelo de unos trece años, está en un parking poco transitado, en ropa interior, rodillas ensangrentadas y totalmente ebria. Nos quedamos aquí para evitar que abusen de ella». Acto seguido, se procedió a la identificación de la menor, se alertó a sus padres y se le ofreció asistencia médica hasta que se hicieron cargo sus tutores legales. Junto a la chica había un grupo de jóvenes mayores de edad cuyas intenciones no eran precisamente las de ayudar a la menor. Esta es sólo una pequeña muestra de la actuación silenciosa de los 34 policías tutores que velaron por la seguridad de los más de 7.000 estudiantes procedentes de 24 municipios de Mallorca que se congregaron en Alcúdia para celebrar el fin de curso.

Prosigue la noche y un equipo de Ultima Hora patrulla junto a Diego y Carlos, policías tutores de Llubí y Pollença respectivamente. El goteo de jóvenes borrachos es constante y los estudiantes se convierten en objetivo fácil de delincuentes y depravados. «Llevamos toda la noche quitando las botellas de cristal a los chicos para evitar que se lesionen y, sobre todo, identificando y echando a todos aquellos supuestos carteristas o descuideros. De momento hemos levantado numerosas actas por consumo de drogas y atendido intoxicaciones etílicas», comenta Rafel Covas, coordinador del dispositivo. Varios conatos de pelea y, especialmente, la posibilidad de que se produjeran abusos sexuales sobre jóvenes ebrias fueron las principales actuaciones. Un año más, los policías tutores se marcharon a sus municipios con el deber cumplido.