La víctima declaró que el acusado empezó a darle navajazos «como una máquina» y que no le reconocía por su actitud violenta. | ALEX SEPULVEDA

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Disputa laboral zanjada a navajazos. Un empleado de una empresa de reformas aceptó que acuchilló al menos tres veces al dueño de la empresa que le había despedido unas semanas antes. El trabajador se enteró de que fue dado de baja de la Seguridad Social por un mensaje de la misma agencia pública sin que nadie de la empresa le notificara nada, le pagara finiquito o le entregara papel alguno para el paro. Acudió a una cafetería del polígono de Son Castelló y, tras discutir con su jefe, le agredió con un arma. Ahora, la Fiscalía pide para él una condena de siete años y medio de cárcel por intento de homicidio y su exjefe de diez.

Los hechos ocurrieron al mediodía del 23 de mayo de 2012. El acusado admite que tras discutir con su jefe: «Se me fue la olla y le empecé a tirar navajazos». Según su relato, mantuvo la agresión hasta que vio que la víctima tenía un corte en el brazo. Entonces se marchó del establecimiento.

La víctima admite que hubo un error en la tramitación del despido y que quedó en reunirse con su exempleado -que además era concuñado suyo- para arreglar la situación: «A todo me decía que no y me puse un poco alterado». Tras esa discusión se encaminó a la puerta del bar. Entonces señala que: «Se metió la mano en el bolsillo y me dijo, ‘lo que te estoy pidiendo me lo vas a dar a ahora'». Entonces comenzó el ataque. La víctima señala que comenzó a darle navajazos «como una máquina» y que no le reconocía. El agredido logró parar varios de los primeros navajazos con los brazos. Sin embargo le alcanzó al final en el tórax, donde le perforó un pulmón. El herido perdió además una gran cantidad de sangre.

La cantidad que reclamaba el acusado a su exjefe era de 5.000 euros. El juicio quedó ayer visto para sentencia en la Audiencia Provincial de Palma.