Una docena de guardias civiles, en la primera línea de s’Arenal. g Foto: VASIL VASILEV-ALEJANDRO SEPÚLVEDA | Vasil Vasilev

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La mafia de moteros jugaba sobre seguro. Los ‘Ángeles del infierno' contaban supuestamente con los chivatazos de un policía local de Palma, que ya ha sido detenido, y con la presunta ayuda de un policía nacional y un guardia civil, que están bajo investigación. Los chivatazos permitían saber a los extorsionadores cuáles iban a ser los movimientos policiales contra ellos.

El policía local detenido, Nicanor G. S., tiene un amplio historial de expedientes y había sido suspendido en alguna ocasión. Últimamente, según informaron en fuentes del cuartel de San Fernando, había estado en un país latino como «asesor de seguridad». Hace unos seis meses, se reincorporó a la Policía Local de Palma, tras su último incidente con los mandos. Ayer, sus compañeros fueron muy duros con él y todos los consultados coincidieron en un punto: «Esto se veía venir».

Los investigadores están tratando de desentrañar la trama policial que supuestamente daba cobertura a los ‘Ángeles del infierno', y en la que también hay implicados un policía nacional y un guardia civil. Los dos funcionarios están siendo investigados.

Seguridad

Con estos apoyos policiales -de los tres Cuerpos- los moteros habrían conocido muchas de las investigaciones que se ponían en marcha y habrían podido eludir, hasta ayer, la acción de la Justicia. Los agentes intentan confirmar que se trataba de «dinero a cambio de seguridad».

Desde hace años se veía rumoreando que en la Platja de Palma, y en concreto en varios negocios y prostíbulos, existía una mafia policial que protegía a ciertos maleantes y hacía que muchas de las denuncias contra ellos cayeran en saco roto.