La policía traslada a un hombre herido en el asalto a un centro comercial de Nairobi. | Agencias

TW
4

La milicia fundamentalista islámica somalí Al Shabab llevó a cabo este sábado una matanza en un centro comercial de Nairobi, que ha dejado «un número masivo de víctimas», según la Cruza Roja keniana, mientras continúa el sitio al edificio por parte de las Fuerzas de Seguridad de Kenia.

El presidente del país africano, Uhuru Kenyatta, informó de que, por el momento, hay 39 cadáveres confirmados y 150 heridos, aunque se espera que el número aumente, ya que el centro comercial Westgate, uno de los más lujosos y concurridos de Nairobi, podría albergar varios centenares de personas un sábado por la mañana.

De hecho, los integristas de Al Shabab, grupo que en febrero de 2012 anunció su unión formal a Al Qaeda, aseguraron a través de su cuenta de Twitter que han acabado con "más de cien personas".

Los servicios de emergencias, con un numeroso despliegue en Westgate solo comparable al del Ejército y la Policía locales, continúan las labores de rescate, evacuando a fallecidos, heridos y afectados.

El ataque comenzó alrededor de las 13:00 hora local (10:00 hora GMT) de hoy, cuando una decena de miembros de Al Shabab irrumpieron en el centro comercial, lanzaron una granada en el interior y la emprendieron a tiros contra los numerosos compradores que se encontraban en el edificio.

Umar Ahmed, cliente de Westgate de 18 años que se encontraba en el momento del ataque aseguró a la emisora local Capital FM que sobrevivió a la masacre fingiéndose muerto.

"Estaba en el aparcamiento superior y, de repente, todo fueron disparos y gritos", rememoró Ahmed, mientras se recuperaba de unas heridas en un hospital de la capital keniana.

"Me asusté, traté de bajar las escaleras, pero vi a alguien corriendo hacia arriba, así que volví y me escondí tras un coche. Después de un rato, la policía llegó y nos pudieron evacuar", apuntó el testigo.

Entre las personas atrapadas en el interior de Westgate, también se encontraban la española Silvia Ojeda y su hija de 12 años, que pudieron salir indemnes del centro comercial y se escondieron durante varias horas en el probador de la tienda de ropa en la que se encontraban.

"La gente, un poco asustada, empezó a entrar en la tienda y entendimos que lo que estábamos oyendo eran disparos", relató a Efe desde su casa, donde se encuentra "bien" a pesar de lo vivido.

"Mi hija no paraba de llorar. Había mucho ruido y disparos", agregó.

Por su parte, el Ministerio keniano del Interior afirmó que "no cejará en esta guerra" ni "correrá riesgos" en el asalto a Westgate, ya que se cree que hay rehenes en el recinto.

En las inmediaciones del edificio, varios helicópteros observan la situación desde las alturas, mientras que vehículos acorazados, camiones del Ejército, ambulancias y camiones de bomberos se encuentran en la calle aledaña.

En una declaración televisada, el presidente keniano aseguró haber perdido familiares en el asalto, y apostilló: "El objetivo (de los terroristas) es dividirnos, pero nosotros seguimos valientes y firmes como los leones de nuestro escudo".

Por su parte, el Servicio Nacional de Emergencias indicó que el terrorista que habían detenido sucumbió a las heridas de bala en un hospital de Nairobi.

Desde octubre de 2011, cuando el Ejército de Kenia entró en Somalia como respuesta a una oleada de secuestros supuestamente obra de Al Shabab en el vecino territorio keniano, los radicales islámicos amenazaron a Kenia con represalias por esa iniciativa.

Desde entonces, se han registrado decenas de ataques en zonas fronterizas con Somalia, en la ciudad portuaria de Mombasa y en el propio Nairobi, que han dejado más de un centenar de víctimas hasta el momento.