Numerosas autoridades han estado presentes en la celebración de la Mercé en el centro penitenciario de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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A partir del próximo día 1 de octubre, el Centro Penitenciario de Palma contará, por primera vez en su historia, con la primera Unidad Terapéutica-Educativa dirigida exclusivamente a la desintoxicación de internos que quieran abandonar las drogas.

Se trata de un modelo que se está aplicado ya en otros centros del país y que está demostrando como el más exitoso para la rehabilitación total de personas con algún tipo de adicción.

El anuncio lo realizó Gustavo Villas, director de la cárcel de Palma, durante los actos de la festividad de Nuestra Señora de la Merced, patrona de Instituciones Penitenciarias.

Con la presencia de las primeras autoridades civiles, militares, policiales y judiciales, el máximo responsable de la cárcel de Palma quiso destacar el «brillante y modélico trabajo que realizan los cerca de 480 funcionarios adscritos al centro palmesano durante todo el año».

El acto estuvo presidido por la delegada del Gobierno en Balears, Teresa Palma y también contó con la presencia del director general de Interior, Justicia i Emergències del Govern balear, Sergi Torrandell; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Balears, Antoni Terrasa; el jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía, Antonio Emilio Jarabo de la Peña; el coronel jefe de la Guardia Civil, Basilio Sánchez Rufo entre otras autoridades.

Durante el acto, también se procedió a la entrega de varias placas conmemorativas a los funcionarios Susana de Rojas, Santiago de Andrés, María Auxiliadora Domenge y Francisco Cillero al cumplir 25 años de servicio en el centro. Gabriel Vich, voluntario de la Pastoral Penitenciaria, recibió una distinción por el desarrollo de sus actividades en la cárcel.

Teresa Palmer, en su intervención dirigiéndose a los funcionarios, afirmó: «Vosotros sois quienes tenéis en vuestras manos, en vuestra capacidad de trabajo diaria y constante, la difícil labor de intentar que uno de los centros penitenciarios más grandes del país funcione como un reloj, controlando los conflictos que puedan surgir y, sobre todo, esforzados para que los 1.400 internos logren rehabilitarse y tengan esa esperada segunda oportunidad, uno de los pilares establecidos en nuestro Estado de derecho: la reinserción», añadió.

El Centro Penitenciario de Palma está a la cabeza en cuanto a cursos de reinserción y programas de tratamiento para diversos delitos, especialmente en los que hacen referencia a los más jóvenes. Uno de los puntos que todas las autoridades hicieron alusión en sus intervenciones, a gran trabajo que realizan las diferentes ONG que trabajan de manera desinteresada con los reclusos.