Los acusados se presentaban como instaladores de una empresa gasística. | Redacción Local

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La Audiencia Provincial ha ratificado la condena a un empleado de una empresa instaladora de gas que coaccionó y estafó a varios vecinos de Sóller para que le pagaran revisiones en sus instalaciones.

El acusado y un compañero suyo habían sido condenados a penas de multa por una serie de visitas a personas de avanzada edad en abril de 2010. El compañero ha sido absuelto por la Audiencia que entiende que no existe prueba suficiente de su intervención en los hechos.

El instalador buscaba en los buzones a personas que pudieran ser sus víctimas. Llamaba a gente que vivía sola de forma preferente. Una vez que les abrían la puerta se presentaba como un empleado de Repsol y les decía que tenía que hacer una revisión obligatoria de gas. Esta inspección terminaba invariablemente en el cambio de alguna pieza, la goma o la boquilla de la bombona. Entonces les hacía una factura a nombre de la empresa para la que trabajaba y, si el vecino sospechaba o se negaba a pagar adoptaba una actitud amenazante y les decía que les denunciaría por no tener la instalación en regla.

Con este método abordó a tres personas. A la primera le exigió el pago de 98 euros, a la segunda de 30 y al tercero, un hombre de 81 años, 174. A este último, la sentencia señala que le desmontó una parte de la instalación a pesar de que el hombre se opuso y que luego le intimidó para que le pagara.

La condena al instalador incluye tres delitos de coacciones y una falta continuada de estafa.