«Fue una situación que se me fue de las manos pero jamás fue mi intención que las cosas terminaran así». Paolo César Baptista, el acusado de la muerte de Abel Ureña, cerró el juicio con lo que no había hecho en su declaración: una petición de perdón. «Comprendo y comparto el dolor de la familia. Me arrepiento de lo que pasó», afirmó. En el turno de última palabra volvió a incidir en que no buscaba la muerte del joven cuando le propinó un tremendo puñetazo minutos después de una primera agresión.
El jurado popular que tendrá que decidir sobre cuál era la intención de Baptista cuando propinó ese golpe delibera ya su veredicto después de cuatro jornadas de juicio. Su veredicto se espera que se conozca a lo largo de la jornada de hoy.
Veredicto
En la última sesión, las partes presentaron al jurado en sus informes las tres opciones que dan para condenar a Baptista. Asesinato, como defiende la acusación particular, homicidio que sostiene la fiscal y homicidio imprudente que es como califica lo ocurrido el 19 de agosto de 2011 en la discoteca Ushuaia la defensa.
Las dos acusaciones coinciden en señalar que la intención de Baptista cuando dio el puñetazo era matar a Ureña. Lo justifican fundamentalmente por la evidente fortaleza física del acusado y su conocimiento de artes marciales. También aluden a su historial: prófugo de la Justicia portuguesa y sospechoso de formar parte de asociaciones criminales en su país de origen. De hecho llevaba años viviendo en Eivissa con una identidad falsa.
La defensa volvió a incidir en que Baptista actuó en medio de un arrebato que le impedía valorar sus actos, perturbado tras enterarse de que la víctima iba a pasar una papelina de coca a su novia. Por eso ya solicita un atenuante. Además añade otros tres: uno por el dinero consignado para indemnizar a los familiares del fallecido, otro por dilaciones indebidas en el proceso y, el más sorprendente, otro por confesión, a pesar de que Baptista huyera a Holanda tras los hechos y que la agresión estuviera grabada en vídeo.
Por el contrario, la acusación particular añade un delito de falsedad documental porque se hacía pasar por otra persona y asegura que existió alevosía porque Abel Ureña ya había sufrido un golpe previo que mermó su capacidad de reacción.
Otro flanco del juicio es si la empresa propietaria de la discoteca tendrá que abonar alguna indemnización a la familia como responsable civil subsidiario tal y como reclaman las acusaciones. La empresa insiste en que Baptista en ese momento no actuó como empleado suyo.
7 comentarios
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Tampoco quería yo casarme...y ya van 18 años
Es cierto, no esperaba que las cosas terminasen así, no contaba con que le pillasen.
Lógico que ya nadie en su sano juicio quiera pasar sus vacaciones en estas islas de delincuencia, entiendo que a la gente de aquí se ofenda pero es la verdad. Si queremos limpiar nuestra casa primero hemos de sacar la basura.
A hamsi,quédate en Miami,no hace ni falta que vuelvas y si puedes vende tu casa , no te necesitamos ni a ti ni a los que piensan como tu , que se creen con el derecho a juzgarnos por el mero hecho de tener dinero.Puestos a juzgar podemos comentar lo que pasó hace 50 años en el norte de Europa.
hamsi? habla del mega park o de la calle del jamon...que son compatriotas tuyos,a no que los alemanes sois muy buenos¡¡¡ja¡¡¡ja¡¡¡ja¡¡¡ en miami estas mejor.
A las Baleares ni mi familia ni yo vamos a volver, tenemos casa en Ibiza, y mientras no se haga justicia con los casos de violaciones, me niego a que mis hijos pasen ningún calvario.Aun nos duele y rechina el caso del jeque árabe con una chica jovencita alemana, como aleman que soy , padre y ademas propietario de casa en Ibiza, veo un peligro muy grande pues en Ibiza en verano vienen estos barbaros a comprar la isla y se les deja impunes.Una pena por España que vendió la inosencia y la belleza a unos seres sin escrupulos, mientras tanto estamos en Miami.