El material intervenido a Marcos M. M. en el momento de ser detenido. | OPC

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Marcos M. M. ha ganado el premio a la originalidad delictiva. Esta ladrón de 32 años había ideado un sistema novedoso para desvalijar un supermercado de Son Caliu: accedía al techo del baño, abría un agujero e interceptaba los envíos de cartuchos de dinero dentro de una tubería. El viernes pasado, se le acabó la suerte.

El día antes, los empleados del local habían descubierto unas marcas muy sospechosas en el techo del aseo. Y avisaron a la Policía Judicial de Calvià, que vio el sello de Marcos en esa señal. De hecho, el año anterior alguien se coló en ese baño y levantó las placas del falso techo. Entró en el habitáculo superior y se ocultó, mientras serraba el conducto de los envíos de dinero. En el extremo del tubo cortado colocó cinta americana y un gran clavo, de forma que cuando la cajera metía los cartuchos en el tubo, éste los succionaba y llegaban hasta el clavo, donde quedaban atrapados.

El ladrón introducía la mano y se quedaban los ‘blister' (cartuchos). En cada uno había 500 euros y por ese sistema robó 4.000 en efectivo. En esa ocasión, pudo escapar, pero este viernes tentó de nuevo a la suerte. Y no le tocó el ‘Gordo'. Cuando la Policía Judicial de Calvià descubrió las marcas en el techo montó un discreto dispositivo de vigilancia en el baño. Sabían que Marcos regresaría, tal y como ocurrió.

El joven, de 32 años, volvió provisto de unos clavos, cinta americana y herramientas. Y se coló en el baño. Sin embargo, esta vez ya no había falso techo, sino yeso y Marcos no tuvo tiempo de agujerearlo. Los agentes se le echaron encima y lo detuvieron. En un principio, negó todas las acusaciones pero, finalmente, se derrumbó. La Guardia Civil le imputa el robo del año pasado y el intento del viernes. El joven estaba en paro y parece ser que con este novedoso método pretendía suplir su falta de ingresos. La originalidad, al final, le saldrá cara.