-Un año después la cueva sigue abierta.
-Ese es uno de los motivos de nuestro regreso. Hemos venido mi hija Mirna, mi yerno, mi nieto y yo. Hemos colocado una placa a la entrada de la cueva que advierte del peligro y otra con una poesía de Alexis.
-¿Cómo recuerda el accidente?
-Yo soy muy creyente, y eso ayuda mucho. Creo en el destino, y aquí veo su mano. También se le puede ayudar al destino, por desconocimiento o imprudencia. Mi hijo entró en esta cueva y nunca más salió.
-Eran cuatro los que bajaron.
-Sí, y tres pudieron salir, gracias a Dios. Estaban esperando a un amigo que traía las llaves de una casa que acondicionaban en la zona y decidieron entrar en el agujero. Era un día de temporal, mucho peor que el de hoy.
-Los equipos de rescate se volcaron con ustedes.
-Y estamos muy agradecidos a todos: a la Guardia Civil, a los de Salvamento, a las barcas particulares, a los buzos... A todos. La búsqueda duró diez días, cuatro de ellos muy intensos.
-Lo más probable es que las corrientes se llevaran el cuerpo.
-Eso dicen los expertos. Al principio, yo tenía la esperanza de hallarlo. Ahora sé que él eligió Mallorca, fue su última voluntad y si no quiere aparecer, no hay que molestarlo.
-¿El caso tuvo repercusión en Argentina?
-Sí, bastante. Los medios cubrieron al noticia y en internet se recogieron 8.000 firmas para que no se dejara de buscar a Alexis. Agradecemos todos esos apoyos.
-Alexis vino a Mallorca para trabajar.
-Como padre, sólo puedo recordarlo como el mejor de los hijos. Nunca me contradecía en nada y siempre que había un problema él mediaba. Ya conocía Mallorca, y volvió para trabajar. Estaba enamorado de la isla. La amaba tanto que al final se quedó acá para siempre.