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La primera visita oficial al antiguo parque de bomberos de Son Castelló sirvió para poner en evidencia el lamentable estado de conservación y mantenimiento en el que fueron entregadas las instalaciones por parte de l'Ajuntament de Palma a los empresarios de Asima. Se trata de un exparque destartalado que se ha convertido en un auténtico nido de suciedad, abandono y dejadez.

La realización de un simulacro de incendio sirvió para comprobar 'in situ' el estado ruinoso de las instalaciones. Entre otros muchos desperfectos destaca que las baldosas del suelo están rotas y levantadas, puertas desencajadas, cristales fracturados, piscina con grietas, agua estancada y precintada para evitar accidentes etc...

Otro de los signos evidentes del abandono es que parte de la instalaciones, tanto eléctrica como de tuberías ha sido arrancada.

La asociación empresarial recuperó, a principios de año, el solar de 5.600 metros cuadrados después de que una sentencia obligara a Cort a devolver la titularidad de la parcela a Asima ya que había dejado de tener el uso para el que fue cedida en su día. Por su parte, el presidente de la asociación, Miquel Bordoy ya anunció en su día tener plena confianza en que desde las autoridades municipales se autorice a que se realice un cambio de uso de las instalaciones para poder permitir ejercer cualquier actividad que suponga un uso social. El principal objetivo de los empresarios es construir un espacio en el que se mostrará una exposición de todo aquel material histórico y patrimonio industrial de empresas que formaron los polígonos empresariales de Son Castelló y Can Valero y la transformación de la economía de Balears.

La situación legal del antiguo parque es compleja dado que el actual Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) prevé el uso para parque de bomberos y para otra utilización deberá modificarse.