Un miembro de Scotland Yard busca pistas con un perro entrenado. | RAFAEL MARCHANTE

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Los agentes de Scotland Yard y de la policía portuguesa finalizaron el operativo de búsqueda iniciado hace diez días en las inmediaciones de la zona donde desapareció Madeleine McCann, en el Algarve, y que se saldó sin resultados.

Así lo confirmaron fuentes cercanas a la investigación, que revelaron no obstante que las diligencias continuarán y que las autoridades británicas tienen previsto solicitar que sean interrogadas varias personas relacionadas con el caso.

Los trabajos realizados durante estos días en terrenos próximos al complejo vacacional en el que se alojaba la menor junto a sus padres, en el municipio luso de Praia da Luz (sur del país), no dieron frutos y no se encontraron nuevas pistas sobre lo ocurrido a Madeleine, desaparecida desde mayo de 2007.

Cerca de medio centenar de agentes, entre miembros de Scotland Yard desplazados a Portugal y de la Policía Judicial (PJ) y la Guardia Nacional Republicana (GNR) lusa participaron en esta operación.

Los investigadores realizaron excavaciones en varios puntos para recabar pruebas, utilizaron a perros entrenados en este tipo de misiones y radares, e incluso analizaron el alcantarillado, conductos de gas y de electricidad en medio de un notable despliegue mediático.

El dispositivo de búsqueda fue creado a instancias de las autoridades británicas, que solicitaron hace meses a la Fiscalía lusa «asistencia judicial» para poder avanzar con sus investigaciones en Portugal.

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Los agentes de Scotland Yard solicitaron la cooperación de los policías lusos para proseguir con sus pesquisas en el marco de una investigación que nunca llegó a ser cerrada oficialmente y que relanzaron en 2011, cuando hicieron públicas sus esperanzas de encontrar viva a la menor.

De forma paralela, la PJ portuguesa sigue su propia línea de investigación después de que un equipo destinado en exclusiva a esa misión volviera a estudiar toda la documentación desde 2011 y encontrase indicios suficientes para que la Fiscalía reabriese el caso, en octubre del año pasado.

La desaparición de Madeleine McCann se remonta a siete años atrás, cuando tenía apenas tres años y se encontraba de vacaciones con sus padres en un apartamento de Praia da Luz.

Sus progenitores, Kate y Gerry McCann, declararon que dejaron a su hija durmiendo junto a sus dos hermanos mientras cenaban con unos amigos en el mismo complejo turístico y que, a su regreso, la menor ya no se encontraba en la habitación.

Los padres de Madeleine fueron oficialmente considerados sospechosos por la Policía portuguesa debido al hallazgo de rastros biológicos de la pequeña en sus efectos personales y en un automóvil alquilado tras la desaparición.

Sin embargo, la Justicia lusa acabó por exculpar al matrimonio, después de que los análisis de las muestras que les incriminaban, realizados en el Reino Unido, no se consideraran concluyentes.

Gerry y Kate McCann han defendido durante estos años que Madeleine sigue viva y fue víctima de un secuestro.