La Audiencia Provincial ha ratificado la condena a un vecino de Palma por dar un puñetazo y varias bofetadas a su hijo en Palma. Los hechos ocurrieron el año pasado. El acusado estaba con sus dos hijos menores de edad, que tenían doce y diez años de edad.
Sobre las siete de la tarde se enfadó con el mayor de los dos hermanos y perdió la paciencia. Dio un puñetazo en el vientre y varias bofetadas al niño al que además agarró del brazo y se lo retorció. El menor no sufrió heridas graves más allá de una erosión en el labio.
El menor contó a su madre lo ocurrido que le llevó al médico para que le hicieran un parte de lesiones y denunció los hechos. El procedimiento llegó a una primera condena de un juzgado de lo Penal de Palma que impuso una pena de sesenta días de trabajos en beneficio de la comunidad, la privación del derecho a llevar armas por dos años y la prohibición de que el padre se acerque al hijo a una distancia de quinientos metros durante medio año. El acusado negaba los hechos.
Sin embargo, tanto el juez de lo Penal como la Audiencia ven creíbles las declaraciones del niño y de la madre que, además cuadran con las lesiones que mostraba el menor tras los hechos y, de esta forma, se ratifica la condena.
13 comentarios
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Para Tere,yo también vivo en un pueblo y eso de que dejamos las puertas abiertas es mentira,de que nos conocemos todos es verdad pero muchos ni se hablan,Palma al ser mas grande y con mas habitantes pues los problemas también,y en los pueblos los padres también pegan a los niños
A ver señores eatais hablando del rafal como si aqui pasase de todo. Mi juventud la vivi en el rafal y ahorai hija se esta criando en el rafal y muy orgullosa, , tanto q es la son baña del otro lado como un señor comento y decirte que estás muy equivocado, seguramente hablas por la ignorancia, aqui señores tenemoa de todo muu buenos colegios (el seminario, pedro poveda, san jose, juan de la cierva) muy buenas escoletas (jazmin, el dofins, amiguets) y nuestros niños juegas en nuestros parques y calles.nada mas decir q antes de hablar informaros un poquito de lo que es el barrio.
Totalmente de acuerdo con ambos comentarios de Joan. Yo vivo en un pueblo pequeño, con identidad propia y conservando nuestra idiosincrasia. Pero he trabajado en Palma durante años, conozco a gente que vive en el Rafal de toda la vida y me parece que Joan ha hecho una descripción muy realista y objetiva sobre esa zona. En mi pueblo nos conocemos todos, los niños pueden jugar por las calles a medianoche y durante el día solemos dejar la puerta abierta. No hay miedo. Cuando estoy en PALMA, las personas parecen zombies, con la mirada ausente, algunos te miran, pero no te ven. Definitivamente, PALMA no tiene ALMA.
Lo de pegar esta paliza a un niño de 12 años es inhumano y de locos, soy padre, y les puedo asegurar que hace mas daño un buen castigo que una buena paliza, por cierto, esto no tiene nada que ver que sea el Rafal, Son Gotleu, o la Plaza de España,
Por cierto, Joan, yo vivo en el Rafal desde siempre y te aseguro que es un barrio lleno de vida. Pasear por sus calles arboladas, por sus bares, por sus pequeños comercios,por sus parques...es un placer a cualquier hora del día. Como en todas las barriadas, hay todo tipo de personas, cada una con sus circunstancias, con sus problemas, con sus más y con sus menos. La definición que haces del mismo es desproporcionada e injusta con la mayoría de los que vivimos allí luchando por salir adelante con nuestras familias honradamente.
Es Rafal representa muy bien lo que compone en un 80% a Palma. Un barrio dormitorio periferico sin propia vida, sin identidad y con una juventud devastada mayoritariamente en paro que crece en un entorno violento con bandas y drogas. Son Banya está creciendo hacia el otro lado de Indalecio Prieto.
Y lo peor es que si usted coge a su vecina y le da una buena torta, seguramente usted si que tendrá problemas serios con la Ley.
La justicia es la leche. Una vecina que está como una cabra pegó a mi hijo de 8 años, varios guantazos porque le molestaban los niños jugando en la calle a las ocho de la tarde, tuve parte de lesiones y visita al psiquiatra forense, la llevé a juicio y el juez no admitió mi petición de orden de alejamiento, le pusieron una multa de 30 euros. No digo que eso exculpe al padre, pero si llego a ser yo la que le hubiera dado a mi hijo los guantazos en la calle, estaría alejada de él, pero una desconocida sale impune.
Meam un "tap de morros" més d'un nin s'ho mereix. Ara una pallisa i cops al estòmac ja no ... però més d'un nin una palmadeta a temps evita que després es converteixi en un "trasto"
Como realmente no puedo comentar lo que pienso, ya que no lo publicarian, solo puedo escribir SINVERGUENZA !!!!!!!!