Padre e hijo fueron acusados de un delito contra la salud pública.

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Un padre protege a su hijo y asume que 300 gramos de cocaína que llevaba en su coche eran suyos, pero que los cogió en una furgoneta: «Eran como un caramelo para mí». Padre e hijo fueron juzgados ayer en la Audiencia Provincial de Palma por tráfico de drogas. El padre aseguró que la droga que la policía encontró en el coche de su hijo había la robó de una furgoneta, en el poblado de Son Banya, porque sufre una gran adicción.

Hechos

Los hechos ocurrieron el día 9 de octubre de 2013 cuando los acusados circulaban en un turismo que fue interceptado en un control de la Policía Nacional a la salida del poblado de Son Banya. Cuando los agentes les dieron el alto, el coche bajó la marcha y paró unos pocos metros antes de donde estaba establecido el control. En ese momento, el mayor de los varones aprovechó para tirar por la puerta dos bolsas de cocaína que según declaró, su hijo no sabía que las llevaba encima.

Los agentes requisaron la droga además de 9.000 euros en efectivo que el hombre más joven declaró que eran para ingresar a su padre en un centro de desintoxicación. El fiscal pide cuatro años y seis meses de prisión para el hijo y seis años para el padre.