La Policía, este martes ante el rancho La Paz ubicado en s'Aranjassa. | Guillem Picó

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La Policía Nacional ha entrado este martes en el rancho La Paz, ubicado en s'Aranjassa, ocupado por varias familias gitanas que, desde el pasado septiembre, se han hecho dueñas absolutas de las instalaciones al tomar posesión de ellas tras entrar ‘al patadón'.

Una comisión judicial ha acudido esta mañana con una orden de desahucio emitida por el juzgado de instrucción número 1 de Palma. En un primer momento se han desplazado hasta el lugar siete coches policiales, permaneciendo en la actualidad un retén. Se prevé que el desalojo dure varios días ya que los ocupantes de la finca tienen que llevarse, además de sus enseres, una treintena de caballos.

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La dueña, de nacionalidad inglesa y que ya está en Mallorca, puso en su día una denuncia tras conocer desde su país de origen que la propiedad había sido ocupada. Marian Porter realizó unas declaraciones en exclusiva a este diario en las que aseguraba estar hundida. "Lo único que quiero es recuperar mi casa", señalaba. La finca está valorada en más de dos millones de euros.

Estas palabras tuvieron rápida respuesta por parte del 'inquilino': «La inglesa puede ladrar y chillar lo que quiera pero del rancho no nos vamos a ir. Yo tengo un contrato legal firmado y lo voy a cumplir hasta el final. El único problema que hay en esta historia es que yo metí a una familia gitana y la dueña es una racista», afirmó Javier Macarro.

Cuando los agentes procedieron, la pasada semana, a desalojar a los intrusos, llegó otro integrante del clan con un contrato en la mano. El documento aportado afirmaba que un intermediario le había alquilado el rancho por 750 euros al mes. Ante estos hechos, la Policía Local no pudo sacarlos fuera y emplazó a la propietaria a que denunciara la supuesta falsificación documental ante el juzgado.