Joan Bernat ya espera a que el jurado popular termine su deliberación y decida si es culpable de homicidio o de asesinato. | Alejandro Sepúlveda

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«Ha sido un monstruo 30 segundos en su vida. Aquí lo que enjuiciamos es un minuto». La abogada de Joan Bernat defendió que el acusado es un homicida pero no un asesino. Solicita para él una pena de diez años porque defiende que actuó en medio de un arrebato tras una discusión. Las tres acusaciones sostuvieron en sus informes lo contrario: la muerte de Margalida Perelló fue un crimen premeditado que se plasmó «de una forma brutal», según la fiscal. El juicio quedó este miércoles visto para sentencia y el jurado ya delibera su veredicto.

El acusado empleó el turno de última palabra para perdir disculpas uno a uno a todos los familiares directos de su exmujer, incluyendo a los dos hijos que tenían en común y a la nueva pareja. Bernat se enfrenta a una condena de cárcel segura. Sobre lo que tendrá que pronunciarse el jurado es sobre la posible extensión de ésta. Según lo que marque el veredicto, podrá ir de los diez años que reclama la defensa a los 25 que pide la acusación particular.

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Las acusaciones mantienen que Bernat acudió el 1 de febrero a las nueve de la mañana a casa de su exmujer con la intención de acabar con su vida. Se apoyan en que llevaba encima un cuchillo de cocina y un punzón. También destacaron que el ataque se produjo justo en la puerta.

Otro de los puntos de disputa entre las partes es si Bernat merece un atenuante por haber actuado con sus facultades mermadas por un problema psíquico. La defensa se apoya en sus peritos, que son los únicos que abonan esta posibilidad. Frente a ellos, tanto los psicólogos forenses como los peritos propuestos por la acusación particular afirmaron que la posible depresión que pudiera padecer no pudo ser un factor que influyera en el crimen.

La defensa aún sostiene la aplicación de un segundo atenuante, el de reparación del daño, porque afirma que el acusado ha destinado todo su patrimonio a sus hijos para resarcirlos y que su madre también aporta dinero para pagar una hipoteca pendiente sobre una vivienda. Las acusaciones lo niegan y sostienen que sólo paga lo que antes tenía que abonar como pensión por alimentos a los menores.