Los manifestantes llevan cerca de dos semanas en las calles de Bujumbura, lanzando con frecuencia piedras contra la policía, a la que acusan de disparar con munición real, algo que las fuerzas del orden niegan.
Los enfrentamientos llevaron a la nación africana a su peor crisis desde una guerra civil que concluyó en 2005.
«Pusieron neumáticos alrededor de su cuello y lo quemaron», dijo un testigo a Reuters tras ver la muerte del hombre en el distrito de Nyakabiga, un punto caliente de las protestas.
Los manifestantes dijeron que la víctima pertenecía al ala juvenil Imbonerakure del partido gobernante CNDD-FDD y que respondieron a un ataque suyo.
El Gobierno rechaza con regularidad las acusaciones de que Imbonerakure fomenta la violencia.
El portavoz presidencial, Gervais Abayeho, condenó la muerte «en los términos más duros posibles».
«No queremos que la situación degenere y nos lleve de regreso a esos años en los que la gente era asesinada en las calles a plena luz del día», señaló.
Los opositores al presidente, Pierre Nkurunziza, aseguran que su búsqueda de un tercer mandato viola la Constitución y un acuerdo de paz que puso fin a la guerra que enfrentó a la mayoría étnica hutu con la minoría tutsi.
La corte constitucional dictaminó el martes que Nkurunziza puede volver a presentarse, porque en su primer mandato fue nombrado por legisladores y no electo, por lo que no cuenta.
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