Francesc Ribas, el policía acusado de matar a una mujer en Eivissa, junto a su abogada. | Alejandro Sepúlveda

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El acusado del homicidio de Karina Rosales, que fue degollada en Eivissa en mayo de 2012, ha arremetido contra el capitán de la guardia civil que dirigió la investigación del crimen, en el turno de última palabra con el que ha concluido esta mañana el juicio ante un tribunal del jurado en la Audiencia de Palma.

«El capitán don Bartolomé del Amor es el más incompetente que ha pisado Balears y lo puedo demostrar», ha dicho F.R.R. sobre el instructor del caso, ante el tribunal del jurado que se reunirá esta tarde para deliberar el veredicto.

El capitán declaró como testigo el pasado martes, en la segunda jornada del juicio, y explicó que «el punto de inflexión» que llevó a los investigadores a considerar al acusado sospechoso fue que les contó que el cadáver estaba tapado con tablones, un detalle de la escena del crimen que no se había hecho público y «que solo podía conocer el autor del hecho».

El fiscal ha reiterado este jueves su petición de una condena de 12 años de prisión por el homicidio de Karina Rosales para el acusado y ha reclamado además que pague 200.000 euros a los padres de la víctima, mientras la defensa ha pedido su absolución y ha subrayado que no hay «ninguna prueba directa biológica ni material» para incriminarle.

Sobre el hecho de que no se hayan encontrado huellas del acusado en el lugar del crimen ni ninguna evidencia, el fiscal Mario López ha apuntado a la posibilidad de que destruyera pruebas: «Es policía, no es tonto y sabe cómo funciona esto».

Ha recalcado que en la investigación «no se encontró ni la ropa que llevaba el acusado el día de los hechos, ni el arma homicida, ni el bolso de Karina, ni su Blackberry, ni el calzado de Karina» y ha dicho sobre F.R.R. que «tuvo tiempo más que de sobra para deshacerse de ello desde el 11 de mayo hasta que se le detuvo el 21 de julio. Demasiado tiempo para quitarse de en medio pruebas», ha asegurado.

El acusador público ha relatado en su informe final lo que cree que ocurrió el día del suceso: que el acusado llevó a la mujer a sa Caleta, a una casa semiderruida y apartada en la carretera PM-802 donde discutieron, la agredió con un objeto cortante y ella salió huyendo. Luego la alcanzó y la golpeó en reiteradas ocasiones con unas piedras, ocasionándole una herida en la cabeza de 6 centímetros, otra de 3,3 centímetros y una contusión.

Según el fiscal, posteriormente «con ánimo de arrebatarle la vida, le hizo una amplia y profunda incisión de 10 centímetros en el cuello que lesionó la tráquea e importantes vasos venosos» que finalmente supusieron el fallecimiento de la mujer.

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El fiscal ha puesto en duda la versión que dio el acusado de que dejó a la mujer en un bar de Eivissa sobre las 7 de la tarde y ha relatado que la ubicación de los repetidores de móvil y varias cámaras de seguridad han desvelado un vacío de una hora y cuarto en la que no se ubica ni al acusado ni a la víctima y que coincide con la posible hora de la muerte de la mujer.

Ha resumido los indicios apuntados durante el juicio contra el acusado como que desveló en su declaración policial que el cadáver estaba tapado con tablones y que lavó su furgoneta y le dedicó «más tiempo a los bajos que al resto».

El fiscal ha pedido al jurado sentido común y ha explicado que tanto las pruebas directas como las indirectas o indiciarias «son válidas para entender que una persona es culpable».

Ha puesto como ejemplo a José Bretón, condenado por el asesinato de sus hijos en un caso en el que «tampoco se encontraron huellas dactilares ni testigos oculares» pero sí «otro cúmulo de circunstancias que derivaban en una lógica conclusión de que aquella persona cometió aquel atroz crimen».

Por su parte, la abogada defensora ha dicho que no hay «ninguna prueba objetiva» de que F.R.R. fuera el autor del crimen.

La letrada Alicia Hernado ha criticado que el primer informe forense situó la hora de la muerte de la mujer a las 3 de la madrugada del 12 de mayo, pero otro posterior consideró más acertado que fuera entre las 19 y 20 horas del 11 de mayo y ha cuestionado cómo se hicieron el levantamiento del cadáver y la autopsia.

Según la abogada, por el corte que presentaba la víctima en el cuello, «lo más probable» es que la agresión la realizara un zurdo y el acusado es diestro.

La abogada ha descrito la versión policial sobre lo ocurrido como una «fabulación», ha dicho que la investigación del caso «cojea por muchos sitios» y que los agentes se centraron exclusivamente en F.R.R. y dejaron de investigar a los demás posibles sospechosos. Ha puesto como ejemplo que en la escena del crimen se halló una colilla con restos de adn de varón que no coincidió con nadie.

Finalizado el juicio, el jurado recibirá el objeto del veredicto y comenzará la deliberación para decidir si declara al acusado culpable o no culpable.