Fuentes jurídicas han informado a Efe de que la Sección 26 ha impuesto a María del Carmen H.C. la pena de siete años de cárcel por un delito de intento de asesinato y a Luis Antonio H.S. otros siete años por un delito de intento de homicidio. Además, les impone un años más de prisión por tenencia ilícita de armas.
El tribunal rebaja en tres años la petición de la Fiscalía a la mujer y en uno a su marido, ya que reclamaba 11 años para ella y nueve para él.
Según las fuentes, los magistrados hacen suyo el relato del fiscal que sostiene que María del Carmen, tras mantener una fuerte discusión con su marido por motivos económicos, bajó al garaje de la vivienda y, con medio rostro tapado con un jersey, el pelo cubierto con un gorro de ducha y las manos con guantes dobles de látex, aguardó a oscuras a que Luis Antonio bajara.
Cuando éste abrió la puerta del garaje, ella le disparó en la espalda con un revólver que su esposo guardaba en la vivienda.
En ese momento, Luis Antonio se volvió hacia su mujer, logró arrebatarle el arma y la disparó en el vientre a bocajarro, con intención de acabar con su vida.
Ambos acusados, que llevaban 26 años casados, reconocieron los hechos en el juicio, pese a que se definieron como «un matrimonio normal». Eso sí, ofrecieron versiones contradictorias.
La mujer explicó que, cuando su marido se estaba marchando a trabajar, ella le siguió hasta el garaje hablándole sobre unas facturas de la luz, pero que él la ignoraba. «Como no me hacía caso, cogí lo primero que pillé de un carrito de herramientas. Casualmente, era un revólver», precisó.
Pero aseguró que disparó hacia el techo y se quedó petrificada con el ruido del arma. Fue entonces, según la acusada, cuando su marido se abalanzó sobre ella y le quitó la pistola, disparándole al abdomen. Una versión totalmente distinta a la que contó su marido.
Luis Antonio dijo que, cuando iba a salir a trabajar, notó un ruido y un golpe en la espalda. Cuando se giró, vio a una persona encapuchada y vestida de negro a la que no reconoció, con un revólver sujeto con las dos manos.
En el forcejeo que se produjo al tratar de quitárselo, la pistola se disparó y alcanzó a su mujer, a la que solo reconoció «después de quitarle la capucha».
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Pues si, un matrimonio normal, de lo mas normal...