El Policía Nacional acusado, el día del juicio el pasado mes de octubre, en la Audiencia. | Alejandro Sepúlveda

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Cinco años de cárcel. Es la pena que ha impuesto un tribunal de la Audiencia de Palma a un Policía Nacional por dos detenciones ilegales, una extorsión a una de las víctimas y la falsificación de una denuncia.

El agente admitió en el juicio el pasado octubre que en abril de 2012 hizo detener a un ciudadano inocente. Su entonces pareja le dijo que el hombre le reclamaba 300 euros de la señal del alquiler de un piso. Ella le comentó que no le debía nada. El acusado, tras discutir con la víctima y sin identificarse en ningún momento como agente, le propinó un puñetazo en la mandíbula y ordenó su detención. «Me di cuenta de que se me había ido de las manos cuando vi que se lo llevaba un coche patrulla», declaró en el juicio.

A sus compañeros les informó que el afectado había intentado robarle el móvil. En dependencias policiales, el procesado instó al detenido a que le entregara el recibo con el dinero que su novia le debía amenazándole con arrebatarle la tarjeta de residencia. Antes de la celebración del juicio, el imputado consignó 1.250 euros a favor de la víctima. «Los hechos no pueden ser calificados, como pretende la defensa, de coacciones, por cuanto la coacción existe como elemento de la extorsión», considera el tribunal.

En 2010, el condenado intervino en un incidente en el aeropuerto de Eivissa en el que un ciudadano italiano hizo ademán de agredir a otro hombre. El agente redactó la denuncia sin la presencia del perjudicado. «Si no te callas te voy a matar, que soy un capo de la mafia y te cortaré el cuello», reflejó en el atestado. A continuación lo detuvo engrilletándolo con bridas, aunque la situación no exigía tal medida. Las compañeras del policía condenado discreparon de su actuación y así lo manifestaron en la vista oral. «Ha quedado acreditado que redactó la denuncia inventándose hechos que no habían acontecido», expone el tribunal en la sentencia.