En el arranque del proceso con jurado que se prevé concluirá el miércoles en la Audiencia Provincial de Palma, el acusado Manuel O.D, de 23 años, ha negado ser el autor del crimen.
«No conozco por qué lo mataron, pero sé que tenía problemas (...) Le buscaban porque tenía una deuda, y que si no la pagaba, le abrirían la cabeza», ha reconocido el acusado.
Según el Ministerio Fiscal, el encausado se ha contradicho en las distintas declaraciones que ha realizado en alusión a los días en los que estuvo y vio a la víctima en los apartamentos vacacionales Punta Arabí, donde vivía como okupa junto al asesinado, y en donde a éste le quitaron la vida.
El acusado ha afirmado que la noche del domingo a lunes, cuando se cometió el crimen, estaba en casa de un amigo, pero un operario de mantenimiento lo sitúa en la escena del crimen.
El trabajador ha afirmado que echó a un joven que dormía en la habitación contigua en la que se encontró el cadáver y que concuerda con el perfil del acusado. «No me quedé con su cara», ha indicado.
Para la fiscal no cabe ninguna duda de que el encausado es culpable del asesinato y sostiene su hipótesis en tres pruebas que considera fundamentales.
Una de ellas es que el perfil genético y las huellas dactilares encontrados en la funda del arma homicida concuerdan con las de Manuel O.D.
Además, se ha referido a los restos de sangre encontrados en los pantalones del acusado y a una pisada, también con restos, que fue encontrada al lado de la víctima, que concuerda con las zapatillas del encausado.
Varios testigos coinciden en que el supuesto autor y la víctima, que vinieron juntos de Sevilla para vivir en Eivissa, «eran inseparables».
Uno de los testigos ha afirmado que le extrañó que la noche del crimen, Manuel O.D. le pidiera quedarse a dormir en su casa.
La víctima «no le dejaba que durmiera en otro sitio. Lo tenía dominado», ha señalado el testigo, quien ha confirmado que el asesinado «pegaba fuerte» al acusado y éste no se defendía. «Lo tenía coaccionado con algo», ha incidido.
Los hechos ocurrieron el 3 de noviembre de 2014 en un complejo de apartamentos del Club Punta Arabí, de Es Canar (Santa Eulalia, Eivissa), y según la fiscalía, el acusado aprovechó que la víctima dormía para asestarle con un hacha hasta al menos en cinco ocasiones.
Por ello pide 20 años de prisión por asesinato con alevosía y una indemnización de 210.000 euros para la hija de la víctima y de 23.000 euros para los padres.
Por su parte, la defensa solicita la absolución del acusado, ya que considera que no existen «pruebas suficientes ni creíbles» en contra de Manuel O.D.
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