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Un acusado de haber abusado sexualmente de su sobrina cuando la niña tenía 4 años ha negado este jueves ante la Audiencia de Palma las acusaciones que atribuye a una venganza familiar, en la repetición del juicio ordenada por el Tribunal Supremo, por un caso en el que fue juzgado y condenado en 2015.

La sección segunda del tribunal provincial ha acogido la primera sesión de la repetición del juicio, después de que el Supremo admitiera el recurso de casación del acusado, anulara la sentencia en la que fue condenado por su propia conformidad a 14 años y 3 meses de prisión y ordenara que se repitiera la vista.

El Supremo anuló el primer juicio porque concluyó con una sentencia de conformidad, cuando se trata de un supuesto en el que está legalmente excluida esta posibilidad al ser penas que superan los 6 años.

Al inicio del nuevo juicio, el defensor ha pedido que los hechos se declaren prescritos, porque supuestamente ocurrieron en 1996 y no fueron denunciados hasta 2014.

El acusado ha negado que abusara de su sobrina cuando cuidó de ella por las tardes durante unos meses en 1996 y ha asegurado que la denuncia, respaldada también por su propio hijo, es falsa y la ha atribuido a una «venganza personal» de la madre de la chica, hermana de su exmujer, así como a un intento de sacarle dinero.

La denunciante ha detallado ante el tribunal que los abusos comenzaron como un juego y se produjeron en la vivienda del acusado, en su dormitorio, varias tardes en las que cuidó de ella y de su primo (hijo del acusado) después de salir del colegio, cuando ellos tenían 4 y 5 años.

Además de ponerles películas pornográficas y masturbarse habitualmente delante de ellos, varias veces se encerró con ella a solas en la habitación, la obligó a hacerle felaciones sujetándole la cabeza con las dos manos y en una ocasión la violó analmente, según ha relatado con detalle ante el tribunal, al que ha contado que ese día llegó a casa sin braguitas, con unos calzoncillos de su primo.

En otras ocasiones, los abusos incluían también a su primo porque su tío los obligaba a besarse delante de él, según ha contado al tribunal.

La chica ha situado lo ocurrido en 1996 porque asegura que los abusos ocurrieron cuando su madre estaba embarazada de su hermana pequeña, ya que recuerda que su extío la intimidaba para que no contara nada y la conminaba a guardar «su secreto» para que no le sucediera nada a su madre ni al bebé.

La joven, que denunció a su extío cuando tenía 22 años, ha explicado que su mente «bloqueó» el recuerdo de dichos episodios hasta que empezó a recordarlos en sueños tras ver un documental sobre abusos a menores en televisión.

No lo recordó todo y asumió que realmente le había ocurrido a ella hasta que intentó empezar a mantener relaciones sexuales con su novio. La joven acudió a terapia para niños abusados.

Su primo, que ha declarado como testigo, ha corroborado que su padre, con el que no mantiene ninguna relación desde la denuncia, se masturbaba con frecuencia delante de ellos, en una ocasión le obligó a que intentara penetrar a su prima y casi todas las tardes que los cuidó se llevó a la niña a su habitación mientras lo dejaba a él jugando con una consola.

La madre de la denunciante ha contado ante el tribunal que fue una niña rebelde y que, aunque nunca sospechó de los abusos, cuando ella estaba embarazada les avisaron del colegio porque el comportamiento de la niña había cambiado, algo que atribuyeron entonces a posibles celos por la llegada de una hermana.

Cuando le contó los abusos, hace dos años, nunca puso en duda el relato de su hija.

El juicio proseguirá mañana en la Audiencia.