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La Audiencia Provincial de Salamanca ha confirmado la condena que le fue impuesta a la que fuera pareja del copiloto mallorquín que, junto a otras 153 personas, perdió la vida en el accidente del vuelo JK5022 de Spanair el 20 de agosto de 2008, al incumplir un acuerdo que tras el siniestro alcanzó con los padres del fallecido para repartirse ambas partes las indemnizaciones que percibieran tras el suceso.

La sentencia desestima así el recurso de apelación interpuesto por la demandada, Estrella Toral, contra la anterior resolución judicial, que le insta a abonar a los progenitores de Francisco Javier Mulet un total de 60.556 euros más intereses, cantidad que ella eludió pagarles aduciendo que tenía que pagar un impuesto a Hacienda derivado de la indemnización de 140.794 euros que cobró tras el accidente.

El tribunal de la Sección Primera considera acreditado que ambas partes acordaron el reparto mutuo de las cantidades económicas que obtuviesen.

Sin embargo, llegado el momento, la pareja del copiloto «incumplió burdamente» el pacto al transferirles «menos de lo acordado» tal y como exponía el abogado de los demandantes.