Imagen del acusado, durante el juicio. | Alejandro Sepúlveda

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Un hombre acusado de intentar matar a su mujer con una escopeta al no aceptar el divorcio planteado por ella, y que acabó disparándose a él mismo por equivocación, se ha declarado culpable de los hechos y ha aceptado una condena de cuatro años de cárcel. La Fiscalía pedía inicialmente para él 15 años de prisión.

El inculpado, Fernando B.M., se ha sentado este jueves en el banquillo y ha alcanzado un acuerdo de conformidad con las acusaciones por el que deberá pagar una multa de 2.160 euros, indemnizar a la víctima con 40.000 y realizar trabajos para la comunidad durante 120 días. Asimismo, se le prohíbe la tenencia de armas durante diez años y aproximarse a su exmujer a menos de cinco kilómetros durante quince años.

En concreto, los hechos tuvieron lugar en abril de 2015 en el bar que su esposa regentaba en núcleo mallorquín de Son Ferrer. El acusado se encuentra en prisión provisional desde entonces.

De acuerdo a la conformidad alcanzada, al menos desde junio de 2014 el acusado, que no aceptaba el cese de su matrimonio, comenzó a perturbar las actividades cotidianas de su mujer y a hostigarle, siguiéndola y vigilándola en su lugar de trabajo hasta el punto de que la afectada necesitaba salir siempre acompañada hasta su domicilio ya que «sentía temor a que la pudiera encontrar sola».

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Amenazas

Es más, durante esas fechas Fernando B.M. aprovechaba las oportunidades que tenía cuando la abordaba para decirle, con intención de intimidarla, «me llevo por delante a quien sea», «yo acabo en chirona pero tú en el agujero» y que le iba «a pegar un tiro».

Fue así como el 16 de abril decidió acudir al bar de su mujer con una escopeta de cartuchos de su propiedad, a la que previamente había recortado los cañones y la culata, con la intención de utilizarla para quitarle la vida. Así, accedió a la terraza mientras el establecimiento estaba cerrado y se escondió en el mismo para sorprenderla cuando llegara al lugar.

Sin embargo, el arma acabó disparándose antes de tiempo e hirió al procesado en su axila derecha, lo que hizo que, tras escuchar el disparo, la víctima se percatase de su presencia y acabara llamando a la Guardia Civil. El día 18 se dictó orden de protección.