Un preso ha logrado burlar este martes la vigilancia de la cárcel Modelo de Barcelona, que en pocos meses cerrará sus puertas. | Efe

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Un preso ha logrado burlar este martes la vigilancia de la cárcel Modelo de Barcelona, que en pocos meses cerrará sus puertas, y se ha encaramado al tejado de la prisión, donde permanece bajo control policial, para protestar por considerarse víctima de una situación de injusticia.

Según han informado fuentes cercanas al caso, el interno, un preventivo reincidente de 21 años, ha logrado acceder al tejado de la vetusta cárcel barcelonesa, donde permanece en una situación controlada por un dispositivo de los Mossos d'Esquadra, que han acudido al lugar alertados por la dirección del centro penitenciario.

El interno, casado, con una hija y con su mujer embarazada, ha llevado a cabo esta actuación para protestar por lo que considera una situación de injusticia, ya que alega que no ha cometido los delitos que se le imputan, que son robo con intimidación y robo en casa habitada.

El interno es un preso preventivo de la cárcel de Ponent de Lleida que había sido trasladado a la prisión Modelo de Barcelona porque este lunes tenía que comparecer en sede judicial. El interno permanecía en la tercera galería de la cárcel Modelo de Barcelona.

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Los Mossos d'Esquadra han establecido un perímetro de seguridad en los alrededores de la prisión.

Este incidente se suma al que protagonizaron la noche del pasado viernes dos internos del mismo centro penitenciario, que intentaron huir de su celda abriendo un agujero en el techo con una barra de hierro.

Ese intento de fuga ocurrió hacia las 23.00 horas en la celda 419, que está situada en la cuarta galería, que es la más conflictiva, pues en ella se encuentran los condenados multirreincidentes.

Los funcionarios de prisiones actuaron alertados por el ruido y lograron abortar la fuga.

La cárcel Modelo, la más antigua de Cataluña con 113 años de historia, cerrará sus puertas en junio, después de trasladar a la mayoría de sus presos a Brians-1, lo que permitirá que la Generalitat entregue las llaves de este recinto del Eixample al Ayuntamiento de Barcelona para que le dé un nuevo uso.