El suceso se descubrió este pasado martes sobre las seis de la tarde, después de que los compañeros de trabajo de la víctima en una gasolinera sospecharan que le podía haber pasado algo, ya que no acudió a su puesto, por lo que llamaron a los servicios de emergencia.
A la casa, ubicada en el camino de Madrid a Burgos, acudieron efectivos de Policía, bomberos y Summa, que al acceder a la vivienda encontraron a la mujer muerta, aparentemente aplastada por unos palés, con varios traumatismos y mordeduras de perro.
La autopsia ha determinado que el fallecimiento se debió a las mordeduras de su can, un perro de presa canario, según ha desvelado este miércoles la autopsia.
El animal está en cuarentena mientras los investigadores tratan de dilucidar cómo ocurrieron los hechos.
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