Tres personas han muerto en el naufragio del barco Nuevo Marcos, que se hundió la pasada madrugada en la ría de Pontevedra tras chocar contra una batea, mientras que otros dos marineros han sido rescatados con vida.
Fue uno de los tripulantes el que dio aviso del hundimiento del barco en las proximidades de la isla de Tambo, tras colisionar con una batea sobre las cuatro de esta madrugada.
El joven, de 23 años, logró llegar a la playa de Combarro (Poio) por sus propios medios y fue atendido por el 061 con síntomas de hipotermia.
Tras la aparición en tierra del primer marinero, sobre las 5:45 horas, se activó un amplio operativo de búsqueda por tierra, mar y aire, con medios de Salvamento Marítimo, la Guardia Civil, la Xunta de Galicia y otros cuerpos de emergencias, para dar con el paradero de los otros cuatro tripulantes del barco, todos ellos vecinos de Campelo (Poio).
El segundo marinero que sobrevivió al naufragio fue localizado por un barco que faenaba en la zona, el Churus, después de que el joven lograse alcanzar una batea cercana al lugar del hundimiento y subirse a ella.
La tripulación de este barco rescató también el cadáver de uno de los tres fallecidos, mientras que el cuerpo sin vida de otra de las víctimas mortales fue recuperado por el helicóptero Pesca I de la Xunta de Galicia.
Estas dos personas fallecidas, Jesús Ligero y Florentino Carballo, son los padres de los dos marineros que lograron sobrevivir al accidente, según han informado las autoridades.
Después de casi seis horas de búsqueda, los buzos de la Guardia Civil localizaron el cuerpo sin vida del patrón del Nuevo Marcos, Francisco Castiñeira, que había desaparecido tras el naufragio.
Según ha informado Salvamento Marítimo, el cadáver estaba en las inmediaciones del barco, que se hundió cerca de la isla de Tambo.
El marinero que dio la voz de alarma al llegar a tierra relató, según el responsable del servicio de Emergencias de Poio, Manuel Vicente, que sus compañeros y él «sintieron un golpe» y comprobaron que el barco «hacía agua y se hundía» quedando con la quilla hacia arriba, tras lo cual «saltaron todos al mar».
El patrón mayor de la cofradía de Portonovo, José Antonio Gómez, ha explicado que el barco, dedicado al cerco, había estado de noche parado en Marín, puerto en el que habían descargado la pesca del día, y allí sus tripulantes «tomaron un café porque estaba la noche muy fresca».
En lugar de dirigirse hacia su puerto base de Portonovo, Gómez ha señalado que «debieron acercarse hacia Combarro» con la intención de atracar allí y refugiarse porque la noche no estaba muy buena», momento en el que embistieron contra la batea.
Después del impacto «intentaron traer el barco hacia una playa», una maniobra con la que según el patrón mayor «se equivocaron».
El Ayuntamiento de Poio (Pontevedra), del que eran vecinos los cinco tripulantes, ha acordado decretar tres días de luto oficial por el fallecimiento de los marineros.
«Es una desgracia para el ayuntamiento y, sobre todo, para las familias», ha explicado el alcalde, Luciano Sobral, que ha añadido que el gobierno municipal se ha puesto a disposición de las familias de las víctimas.
Las muestras de condolencia se han sucedido durante la jornada, desde la Diputación de Pontevedra al Parlamento de Galicia, en donde se ha guardado un minuto de silencio.
El Nuevo Marcos ya había sufrido dos naufragios anteriores, aunque no tan graves como este.
Sufrió su primer percance, ha explicado el patrón mayor de Portonovo, en noviembre de 2006 cuando quedó varado cerca de la playa de A Lanzada, en el límite de los municipios pontevedreses de Sanxenxo y O Grove, tras chocar contra una roca en una zona de abrigo.
Siete meses después, se hundió a 300 metros de la isla de Sálvora, en la ría de Arousa, tras rozar una zona rocosa y sufrir una vía de agua que obligó a sus tripulantes a saltar al agua, en donde fueron rescatados por otro pesquero.
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