El abogado Laureano Arquero y su defendida, María Camps Niell en los juzgados. | Julio Bastida

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La ‘guerra de hamacas’ que tuvo lugar en septiembre de 2016 en el club militar de Es Fortí de Palma está vista para sentencia. El guardia civil jubilado acusado de iniciar la riña fue juzgado este lunes, acusado de golpear con violencia a María Camps Niell, de 69 años. La mujer cogió una tumbona de la piscina del club militar que el hombre tenía reservada, algo que le enervó.

El acusado reconoció haber insultado gravemente a la víctima, pero negó la agresión. Su versión fue rebatida por varios testigos. El acusado se enfrenta ahora a una petición de tres meses de multa a razón de 7.50 euros por día y a una indemnización por daños morales de 850 euros.

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La fiscal del caso cuestionó la testifical de una inspectora de la Policía Nacional que declaró que estaba tomando el sol en el recinto y negó que allí se produjera agresión alguna. Las sospechas de la Fiscalía era que la inspectora trató de justificarse por no haber actuado ante unos hechos presuntamente delictivos.

Laureano Arquero, abogado de la demandante, no dudó en calificar los hechos de muy graves, a la vez que acusó al guardia civil jubilado de ser un «energúmeno por montar un espectáculo por una simple tumbona de piscina».

El abogado fue aún más allá al explicar que habían quedado acreditadas las lesiones que sufrió la mujer, «de las cuales ha hecho caso omiso la dirección de es Fortí, que ha destacado posiblemente más el aspecto militar del centro que el cívico, porque de cívico tiene poco este episodio».