Exterior de Tito's. | Alejandro Sepúlveda

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Alcohol y sexo a cambio de cocaína. Un exempleado del Grupo Cursach declaró como testigo ante el juez Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán que algunos agentes de la Policía Local suministraban droga que obtenían de sus intervenciones como agentes a los máximos responsables de Tito’s. En concreto, menciona al director de la discoteca, Jaime Lladó, y al jefe de la sala, ambos imputados en la causa. Según el relato que da este testigo, el tráfico de estupefacientes en el local estaba controlado por la dirección.

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Describe cómo los clientes de la zona vip iban en persona al despacho del director para conseguir cocaína y que, parte de esta sustancia, provenía de los agentes. A cambio, éstos recibían un trato especial. Según declara otro testigo, este grupo de policías locales (entre ocho y diez agentes, todos ellos imputados desde hace años en el caso) eran, junto a los Ángeles del Infierno, los únicos clientes que recibían ese trato preferente.

Según consta en las declaraciones ahora reveladas a las partes, un empleado del grupo, de nacionalidad rumana, se encargaba de llevar prostitutas para los policías. Además de estas fiestas en el propio local, de acuerdo con los testigos también se pagaban servicios sexuales a los agentes en prostíbulos de Palma.