Según el testigo, en los locales se incumplían de forma sistemática los límites de aforo gracias a la permisividad de policías locales. También señala un caso en el que se pagó una gran cantidad de dinero a un vecino para que retirara una denuncia por ruidos. | Guillermo Esteban

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Un antiguo técnico de mantenimiento del Grupo Cursach confirmó este martes ante el juez, el fiscal y las defensas un listado de deficiencias graves en los negocios más conocidos de la empresa: excesos de aforo, salidas de incendio bloqueadas y obras sin licencia. Según su versión, todas estas ilegalidades eran posibles gracias a la complicidad de agentes de la policía local y de técnicos municipales. De hecho, identifica a dos funcionarios, uno del Ajuntament de Calvià y otro técnico del Govern.

En su declaración, también confirmó que vio una única imagen del exdelegado del gobierno, José María Rodríguez, en una orgía celebrada en una finca del empresario Bartolomé Cursach. El testigo declaró a través de videoconferencia con medidas de seguridad máximas para proteger su identidad como un distorsionador de voz. La comparecencia fue suspendida después de más de cuatro horas por una indisposición del testigo y continuará el viernes.

El técnico de mantenimiento relata como forma habitual de trabajar del grupo que, primero hacían la obra y luego esperaban de las administraciones que la regularizaran. Así, pone como ejemplo que él mismo cortó el tráfico en Magaluf para llevar a cabo una actuación en el Western Park para la que no había permiso: una canalización de gas.

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Cuenta otro episodio en el que se ordenó demoler una caseta de contadores de GESA y que él fue a dar cuenta a la compañía eléctrica cuando la obra se había puesto en marcha. Sobre este parque acuático, cuenta que era habitual que fueran agentes de la Policía Local con sus familias y que él les entregaba allí sobres con dinero en efectivo.

El testigo también relató ocasiones en los que se superaba hasta en cinco veces el aforo permitido, lo que generaba problemas con la refrigeración. Además apuntó a la celebración de fiestas en las que asistían prostitutas. Según manifiesta, se tomaban imágenes de clientes mantiendo relaciones sexuales con ellas que más tarde se utilizaban para chantajearles. El testigo da un especial peso en la toma de decisiones en el grupo al ‘número dos’, Bartolomé Sbert.

Por otra parte, la defensa de los imputados del grupo ha registrado un escrito para pedir que se compruebe el número de teléfono fijo del piso de Lluís Martí, que estaba a nombre de la socia de la testigo protegida que denunció las orgías para comprobar durante cuánto tiempo estuvo ocupado.