El exdirector general de Cursach, Tolo Sbert. | Redacción Sucesos

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Dura advertencia del juez Manuel Penalva al ‘número dos’ del Grupo Cursach, Bartolomé Sbert. En el auto en el que permitía su salida de prisión con el pago de una fianza de medio millón de euros, el instructor deja claro que si cualquier testigo o posible testigo de la causa recibe presión de algún tipo, Sbert regresará de forma automática a la cárcel, tenga o no relación personal con esas coacciones. «En el caso de quedar en libertad provisional, cualquier acto cometido por cualquier persona o personas conocidas o no, dirigida a coaccionar, intimidar, agredir o recompensar económicamente a algún testigo que ya haya declarado o que lo pueda hacer en el futuro podrá provocar la modificación de su situación personal, acordándose de nuevo la prisión incondicional».

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El aviso es de una dureza poco habitual en una resolución de este tipo, pero llega después de numerosas denuncias de testigos. Éste fue uno de los motivos por los que el instructor prolongó hasta hace apenas dos semanas el secreto de sumario. En distintos autos, Penalva ha sostenido que se trata de una estrategia de la que responsabiliza a los principales encausados y Sbert, es el número dos de la supuesta trama. El antiguo director general del Grupo Cursach no había ejecutado ayer el pago del medio millón de fianza, por lo que todavía seguía en prisión en Palma.

El presidente del Grupo, Bartolomé Cursach, están en prisión incondicional desde el pasado mes de marzo y fue trasladado a una cárcel de Alicante. Su defensa ha pedido hasta ahora una vez su libertad.