Según informa la Dirección General de la Policía, el sospechoso se servía de un manual antifraude publicado por la Casa de la Moneda de Australia para perfeccionar sus falsificaciones y perpetrar así con mayor facilidad el engaño.
El presunto estafador, español de unos 31 años, vendía sus falsificaciones a un precio ligeramente inferior al del mercado para no levantar sospechas entre sus potenciales víctimas, y llegaba a obtener con el engaño un beneficio neto de un 1.200 por ciento en cada una de sus operaciones.
La investigación se inició a raíz de la denuncia presentada en Huesca por uno de los afectados, que adquirió a través de una aplicación de telefonía móvil cinco lingotes de oro por los que pagó 5.000 euros.
Una vez en su poder, acudió a una joyería de la ciudad para que analizasen el material y pudo comprobar que los lingotes que había adquirido eran falsos.
Denunciado el engaño, los investigadores policiales localizaron a otros tres posibles perjudicados en Madrid y Barcelona, a los que alertaron de la posibilidad de que el material que habían adquirido fuera falso.
Tras averiguar la identidad del estafador, los agentes constataron que se disponía en ese momento a perpetrar un nuevo fraude, por lo que procedieron a su detención.
En el momento del arresto, el sospechoso portaba ocho lingotes falsificados en sus bolsillos, así como 4.155 euros en metálico.
En los registros practicados posteriormente en los domicilios del detenido en Huesca y Murcia se aprehendieron otras setenta y dos réplicas de lingotes, la mayor parte de una fábrica de moneda de Australia pero también procedentes de Suiza, Turquía y Canadá, así como monedas de plata y conmemorativas del Vaticano, San Marino e Italia.
El manual del que se servía el sospechoso fue publicado en internet en 2015 por la Casa de la Moneda de Australia a fin de identificar posibles falsificaciones y evitar así posibles fraudes.
El detenido, sin embargo, utilizaba el manual para mejorar y perfeccionar sus réplicas y corregir detalles que la guía australiana ponía de relevancia para advertir de posibles falsificaciones.
Entre el material del que se incautaron, los agentes hallaron tres lingotes de una etapa anterior a la publicación del manual que presentaban algunos de los defectos de los que se alertaba en sus páginas.
Este manual, además, sirvió al presunto estafador para envolver los falsos lingotes en envoltorios de plástico con un número de serie grabado y alertar a sus clientes de que no efectuaran la prueba del oro ya que podría devaluarse en caso de ser retirado el embalaje.
Tras prestar declaración ante la autoridad judicial, el detenido fue puesto en libertad con cargos por un presunto delito continuado de estafa.
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