Imagen del taxi dañado en Marratxí. | Redacción Sucesos

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Los taxistas de Palma reviven antes de las fiestas la oleada de robos que ya afectó al sector el año pasado por estas mismas fechas. El último ataque tuvo lugar la pasada madrugada en Marratxí, donde se ha extendido la oleada de ataques que vienen sufriendo estos trabajadores en el último mes y que ha puesto en alerta a las fuerzas de seguridad.

Una ventana destrozada y múltiples desperfectos en el interior del coche son el saldo del último asalto a un taxi. Con este ataque en Marratxí prácticamente se alcanza la treintena de taxis que han sufrido estos robos desde comienzos de noviembre. Los actos vandálicos ya se han sucedido en el aparcamiento de Eroski de Portitxol, Son Gotleu, la calle Aragón, el polígono de Son Fuster, Son Oliva y en un aparcamiento de Son Cladera.

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La forma de actuar de los delincuentes es muy similar en todos los casos y llama la atención que se hayan sucedido tantos sucesos con el denominador común de que los perjudicados habituales sean taxistas. Los cacos actúan sin ningún tipo de contemplación y acceden al interior de los coches para apoderarse de lo que encuentren rompiendo alguna de las ventanas.

Estas acciones son en buena medida actos vandálicos, ya que los ladrones apenas consiguen un botín en metálico tras consumar su fechoría. Los taxistas no acostumbran a dejar ni su recaudación en el vehículo ni las monedas para ofrecer cambio, por lo que los delincuentes obtienen una recompensa escasa.

En cambio, los ataques suponen un grave perjuicio para todas las víctimas, que ven como tienen que hacer frente a las reparaciones de los desperfectos del vehículo y al mismo tiempo se ven obligados a no poder trabajar mientras se arregla su coche con las consiguientes pérdidas económicas.