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El testigo protegido número 29 del ‘caso Cursach’ es el que ha declarado más veces en la causa. También es el más polémico. Y ha incurrido en algunas contradicciones. El juzgado de Instrucción 8 de Palma lo investiga por una supuesta denuncia falsa. El testigo, excamarero de Tito’s, llamó el pasado junio al 112 para avisar de que uno de los rumanos implicados en la trama llevaba objetos robados en su furgoneta.

El testigo contó a la Policía Local de Marratxí que el rumano se dedica a montar cocinas y aprovecha para robar material y otros objetos de los domicilios. El sospechoso enseñó a los agentes la furgoneta y el material que llevaba en su interior. Los dueños de la vivienda explicaron que no les desapareció nada durante los tres días que estuvo trabajando allí.

El testigo 29 del ‘caso Cursach’ compartió piso con el rumano y su novia hace ya tiempo. La novia es hermana de otro de los rumanos al que ha denunciado el testigo 29 por una presunta agresión. El hombre dijo que no sabía quién le había pegado. Al cabo de varios días acudió con una foto de Facebook del sospechoso. Un día antes de denunciar otra nueva agresión fue visto reunido con el fiscal Miguel Ángel Subirán en la zona de Portopi (Palma).

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El testigo 29 manifestó que su compañera de piso llevaba prostitutas a las fiestas de Tito’s. Incluso llegó a descifrar su nombre de guerra: Valeria. Dijo que la conoce desde principios de 2010. La mujer llegó a España a finales de 2010. El testigo afirma que la rumana practica vudú y brujería, pero no hay rastro de estas prácticas en Internet.

El excamarero de Tito’s denunció a la abogada del rumano con el que compartió piso. El testigo 29 declaró que la letrada le ofreció 10.000 y 20.000 euros para modificar su declaración.

Los abogados Vicente Campaner y José Ignacio Herrero también han sido objeto de las declaraciones del 29.