La mujer se encuentra en libertad, en situación de investigada, por supuestas lesiones por imprudencia y a disposición de lo que determine en su momento el Juzgado que se encargue del asunto.
Las investigaciones comenzaron a raíz de las denuncias formuladas los pasados días 11 y 12 por un menor de 17 años y una joven de 18 que sufrieron quemaduras de las que tuvieron que ser intervenidos en un centro hospitalario al sentarse en el asiento.
Los agentes examinaron las cámaras de seguridad de la empresa de transporte de esos días y vieron a una mujer manipular una bolsa en el asiento, ha informado a Efe la Guardia Civil.
Cuando la mujer, que suele viajar en este autobús, fue localizada reconoció que llevaba desatascador industrial en una botella de plástico que al parecer resultó corroída por el ácido de tal forma que el líquido se derramó en el asiento, pero aseguró que de forma involuntaria y que no se había enterado de las consecuencias, por lo que se encuentra muy deprimida por lo ocurrido.
Tras ser recibidas las denuncias, al tratarse de un supuesto delito de lesiones que tuvieron que ser tratadas en un hospital la investigación la ha llevado el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Daganzo.
En el marco de las pesquisas se retiró el asiento del autobús afectado para su análisis por el Departamento de Criminalística del instituto armado mientras que los médicos informaron de que las quemaduras de las víctimas fueron producidas por ácido.
Los agentes examinaron las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad facilitadas por la empresa de transporte del autobús y consiguieron ver a una mujer que manipulaba una bolsa en el asiento donde fue derramado el líquido que causó las lesiones.
Se da la circunstancia de que la Policía Nacional abrió otra investigación para determinar el origen de un líquido vertido el miércoles pasado en un autobús de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid, aunque según las primeras pesquisas no es corrosivo ni peligroso para la salud.
Este otro caso fue detectado cuando un conductor de la línea 6 de la EMT revisaba el vehículo en las cocheras de Carabanchel y vio que en uno de los asientos traseros alguien había arrojado un líquido que se sospechó que podía ser corrosivo.
El autobús fue inmovilizado y se dio parte a la Policía Nacional aunque en este caso no hay heridos ni afectados, aclararon a Efe en fuentes de este Cuerpo.
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