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El recluso Gonzalo Montoya, que el pasado 7 de enero fue dado por muerto en el Centro Penitenciario de Asturias y que recobró el conocimiento antes de que se le realizase la autopsia, ha sido trasladado este martes a prisión tras pedir el alta voluntaria en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

Según ha señalado su padre, José Carlos Montoya, su hijo había «mejorado mucho» su estado tras abandonar la UCI del hospital y ser trasladado a planta, pero que la habitación donde continuaba internado era «como un calabozo» y prefería volver a prisión.

«Allí por lo menos habla con los amigos o juega al fútbol», ha señalado el progenitor del preso, al que el médico que le atendía en el centro sanitario le planteó este martes que podía pedir el alta voluntaria o seguir en el hospital tres días más.

Los familiares esperan retomar el sábado el contacto con el recluso en el centro penitenciario asturiano y, hasta entonces, volverán a contactar con el abogado que les asiste para estudiar la posibilidad de llevar a los tribunales lo ocurrido con el preso, de 29 años y padre de cinco hijos.

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Sus familiares aseguran que estuvo varias horas en la cámara frigorífica del Instituto de Medicina Legal de Asturias, donde se le iba a practicar la autopsia y que eso le provocó los problemas de salud por los que tuvo que ser hospitalizado, cuestión que ha sido negada desde el Gobierno asturiano, que mantiene que no llegó a pasar del área de recepción del Instituto de Medicina Legal de Oviedo y que nunca estuvo ni en la mesa de autopsias ni en cámaras de frío.

El joven fue dado por muerto el pasado 7 de enero por dos médicos del centro penitenciario después de que fuese encontrado sentando en la silla de su celda durante el recuento matinal, circunstancia que posteriormente fue certificada por la médico forense que acudió a la cárcel para proceder al levantamiento del cadáver.

Al parecer, el hombre sufrió una sobredosis de barbitúricos al intentar suicidarse y entró en coma durante la noche, y, según la familia, recobró el conocimiento cuando se encontraba desnudo en la mesa para serle practicada la autopsia y después de haber pasado varias horas en la cámara frigorífica.

Según el Gobierno asturiano, sin embargo, el recluso no pasó del área de entrada del Anatómico ya que un auxiliar del centro y un empleado de la funeraria que lo trasladaba observaron signos de vida y alertaron al 112 para que fuese atendido de inmediato por los servicios médicos y trasladado al HUCA.